domingo, 29 de diciembre de 2013
56. ¿Cómo colabora el hombre con la Providencia divina?
56. ¿Cómo colabora el hombre con la
Providencia divina?
(Compendio 56) Dios otorga y pide al
hombre, respetando su libertad, que colabore con la Providencia mediante sus
acciones, sus oraciones, pero también con sus sufrimientos, suscitando en el
hombre «el querer y el obrar según sus misericordiosos designios» (Flp 2, 13).
Resumen
(C.I.C 323) La providencia divina
actúa también por la acción de las criaturas. A los seres humanos Dios les
concede cooperar libremente en sus designios.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 307) Dios concede a los
hombres incluso poder participar libremente en su providencia confiándoles la
responsabilidad de "someter'' la tierra y dominarla (cf. Gn 1, 26-28).
Dios da así a los hombres el ser causas inteligentes y libres para completar la
obra de la Creación, para perfeccionar su armonía para su bien y el de sus
prójimos. Los hombres, cooperadores a menudo inconscientes de la voluntad
divina, pueden entrar libremente en el plan divino no sólo por su acciones y
sus oraciones, sino también por sus sufrimientos (cf. Col I, 24) Entonces
llegan a ser plenamente "colaboradores […] de Dios" (1Co 3, 9; 1Ts 3,
2) y de su Reino (cf. Col 4, 11).
Para la reflexión
(C.I.C 308) Es una verdad
inseparable de la fe en Dios Creador: Dios actúa en las obras de sus criaturas.
Es la causa primera que opera en y por las causas segundas: "Dios es quien
obra en vosotros el querer y el obrar, como bien le parece" (Flp 2, 13; cf
1 Co 12, 6). Esta verdad, lejos de disminuir la dignidad de la criatura, la
realza. Sacada de la nada por el poder, la sabiduría y la bondad de Dios, no
puede nada si está separada de su origen, porque "sin el Creador la
criatura se diluye" (Gaudium
et spes, 36, 3); menos aún puede ella alcanzar su
fin último sin la ayuda de la gracia (cf. Mt 19, 26; Jn 15, 5; Flp 4, 13).
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