miércoles, 4 de diciembre de 2013
41. ¿En qué sentido Dios es la verdad?
(Compendio 41) Dios es la Verdad misma y como tal ni se
engaña ni puede engañar. «Dios es luz, en Él no hay tiniebla alguna» (1 Jn 1,
5). El Hijo eterno de Dios, sabiduría encarnada, ha sido enviado al mundo «para
dar testimonio de la Verdad» (Jn 18, 37).
Resumen
(C.I.C 231) El Dios de nuestra fe
se ha revelado como El que es; se ha dado a conocer como "rico en amor y
fidelidad" (Ex 34,6). Su Ser mismo es Verdad y Amor.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 215) "Es verdad el
principio de tu palabra, por siempre, todos tus justos juicios" (Sal
119,160). "Ahora, mi Señor Dios, tú eres Dios, tus palabras son
verdad" (2S 7,28); por eso las promesas de Dios se realizan siempre (cf.
Dt 7,9). Dios es la Verdad misma, sus palabras no pueden engañar. Por ello el
hombre se puede entregar con toda confianza a la verdad y a la fidelidad de la
palabra de Dios en todas las cosas. El comienzo del pecado y de la caída del
hombre fue una mentira del tentador que indujo a dudar de la palabra de Dios,
de su benevolencia y de su fidelidad. (C.I.C 216)
La verdad de Dios es su sabiduría que rige todo el orden de la creación y del
gobierno del mundo (cf. Sb 13,1-9). Dios, único Creador del cielo y de la
tierra (cf. Sal 115,15), es el único que puede dar el conocimiento verdadero de
todas las cosas creadas en su relación con Él (cf. Sb 7,17-21).
Para la reflexión
(C.I.C 214) Dios, "El que
es", se reveló a Israel como el que es "rico en amor y
fidelidad" (Ex 34,6). Estos dos términos expresan de forma condensada las
riquezas del Nombre divino. En todas sus obras, Dios muestra su benevolencia,
su bondad, su gracia, su amor; pero también su fiabilidad, su constancia, su
fidelidad, su verdad. "Doy gracias a tu nombre por tu amor y tu
verdad" (Sal 138,2; cf. Sal 85,11). Él es la Verdad, porque "Dios es
Luz, en él no hay tiniebla alguna" (1Jn 1,5); él es "Amor", como
lo enseña el apóstol Juan (1Jn 4,8). (C.I.C 217)
Dios es también verdadero cuando se revela: La enseñanza que viene de Dios es
"una Ley de verdad" (Ml 2,6). Cuando envíe su Hijo al mundo, será
para "dar testimonio de la Verdad" (Jn 18,37): "Sabemos que el
Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para que conozcamos al
Verdadero" (1Jn 5,20; cf. Jn 17,3).
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