sábado, 21 de diciembre de 2013
51. ¿Por qué es importante afirmar que «en el principio Dios creó el cielo y la tierra» (Gn 1, 1)? (Cuarta parte - continuación)
(Compendio 51 repetición) Es importante afirmar que en el principio Dios creó el cielo y
la tierra porque la creación es el fundamento de todos los designios salvíficos
de Dios; manifiesta su amor omnipotente y lleno de sabiduría; es el primer paso
hacia la Alianza del Dios único con su pueblo; es el comienzo de la historia de
la salvación, que culmina en Cristo; es la primera respuesta a los
interrogantes fundamentales sobre nuestro origen y nuestro fin.
Resumen
(C.I.C 319) Dios creó el mundo para manifestar y comunicar su
gloria. La gloria para la que Dios creó a sus criaturas consiste en que tengan
parte en su verdad, su bondad y su belleza.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 284) El gran interés que despiertan a estas investigaciones
está fuertemente estimulado por una cuestión de otro orden, y que supera el
dominio propio de las ciencias naturales. No se trata sólo de saber cuándo y
cómo ha surgido materialmente el cosmos, ni cuando apareció el hombre, sino más
bien de descubrir cuál es el sentido de tal origen: si está gobernado por el
azar, un destino ciego, una necesidad anónima, o bien por un Ser transcendente,
inteligente y bueno, llamado Dios. Y si el mundo procede de la sabiduría y de
la bondad de Dios, ¿por qué existe el mal? ¿de dónde viene? ¿quién es
responsable de él? ¿dónde está la posibilidad de liberarse del mal?
Para la reflexión
(C.I.C 289) Entre todas las palabras de la Sagrada Escritura sobre
la creación, los tres primeros capítulos del Génesis ocupan un lugar único.
Desde el punto de vista literario, estos textos pueden tener diversas fuentes.
Los autores inspirados los han colocado al comienzo de la Escritura de suerte
que expresan, en su lenguaje solemne, las verdades de la creación, de su origen
y de su fin en Dios, de su orden y de su bondad, de la vocación del hombre,
finalmente, del drama del pecado y de la esperanza de la salvación. Leídas a la
luz de Cristo, en la unidad de la Sagrada Escritura y en la Tradición viva de
la Iglesia, estas palabras siguen siendo la fuente principal para la catequesis
de los Misterios del "comienzo": creación, caída, promesa de la
salvación. [Fin]
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