miércoles, 6 de agosto de 2008

Lc 9, 13-16 Denles de comer ustedes mismos

(Lc 9, 13-16) Denles de comer ustedes mismos
[13] Él les respondió: «Denles de comer ustedes mismos». Pero ellos dijeron: «No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta gente». [14] Porque eran alrededor de cinco mil hombres. Entonces Jesús les dijo a sus discípulos: «Háganlos sentar en grupos de cincuenta». [15] Y ellos hicieron sentar a todos. [16] Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados y, levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición, los partió y los fue entregando a sus discípulos para que se los sirvieran a la multitud.
(C.I.C 1344) Así, de celebración en celebración, anunciando el misterio pascual de Jesús "hasta que venga" (1Co 11, 26), el pueblo de Dios peregrinante "camina por la senda estrecha de la cruz" (Ad gentes, 1) hacia el banquete celestial, donde todos los elegidos se sentarán a la mesa del Reino. (C.I.C 1348) Todos se reúnen. Los cristianos acuden a un mismo lugar para la asamblea eucarística. A su cabeza está Cristo mismo que es el actor principal de la Eucaristía. El es sumo sacerdote de la Nueva Alianza. El mismo es quien preside invisiblemente toda celebración eucarística. Como representante suyo, el obispo o el presbítero (actuando in persona Christi capitis) preside la asamblea, toma la palabra después de las lecturas, recibe las ofrendas y dice la plegaria eucarística. Todos tienen parte activa en la celebración, cada uno a su manera: los lectores, los que presentan las ofrendas, los que dan la comunión, y el pueblo entero cuyo "Amén" manifiesta su participación.

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