jueves, 20 de marzo de 2008
Mt 9, 1-8 Tus pecados te son perdonados
Mateo 9
(Mt 9, 1-8) Tus pecados te son perdonados[1] Jesús subió a la barca, atravesó el lago y regresó a su ciudad. [2] Entonces le presentaron a un paralítico tendido en una camilla. Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: «Ten confianza, hijo, tus pecados te son perdonados». [3] Algunos escribas pensaron: «Este hombre blasfema». [4] Jesús, leyendo sus pensamientos, les dijo: «¿Por qué piensan mal? [5] ¿Qué es más fácil decir: “Tus pecados te son perdonados”, o “Levántate y camina”? [6] Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados –dijo al paralítico– levántate, toma tu camilla y vete a tu casa». [7] Él se levantó y se fue a su casa. [8] Al ver esto, la multitud quedó atemorizada y glorificaba a Dios por haber dado semejante poder a los hombres.
(C.I.C 1441) Sólo Dios perdona los pecados (cf. Mc 2,7). Porque Jesús es el Hijo de Dios, dice de sí mismo: "El Hijo del hombre tiene poder de perdonar los pecados en la tierra" (Mc 2,10) y ejerce ese poder divino: "Tus pecados están perdonados" (Mc 2,5; Lc 7,48). Más aún, en virtud de su autoridad divina, Jesús confiere este poder a los hombres (cf. Jn 20,21-23) para que lo ejerzan en su nombre.
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