miércoles, 26 de marzo de 2008

Mt 10, 29-33 Al que me reconozca abiertamente

(Mt 10, 29-33) Al que me reconozca abiertamente
[29] ¿Acaso no se vende un par de pájaros por unas monedas? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae en tierra, sin el consentimiento del Padre que está en el cielo.[30] Ustedes tienen contados todos sus cabellos. [31] No teman entonces, porque valen más que muchos pájaros. [32] Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo lo reconoceré ante mi Padre que está en el cielo. [33] Pero yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo de aquel que reniegue de mí ante los hombres.
(C.I.C 995) Ser testigo de Cristo es ser "testigo de su Resurrección" (Hch 1, 22; cf. 4, 33), "haber comido y bebido con él después de su Resurrección de entre los muertos" (Hch 10, 41). La esperanza cristiana en la resurrección está totalmente marcada por los encuentros con Cristo resucitado. Nosotros resucitaremos como El, con El, por El. (C.I.C 900) Como todos los fieles, los laicos están encargados por Dios del apostolado en virtud del bautismo y de la confirmación y por eso tienen la obligación y gozan del derecho, individualmente o agrupados en asociaciones, de trabajar para que el mensaje divino de salvación sea conocido y recibido por todos los hombres y en toda la tierra; esta obligación es tanto más apremiante cuando sólo por medio de ellos los demás hombres pueden oír el Evangelio y conocer a Cristo. En las comunidades eclesiales, su acción es tan necesaria que, sin ella, el apostolado de los pastores no puede obtener en la mayoría de las veces su plena eficacia (cf. Lumen gentium, 33) (C.I.C 905) Los laicos cumplen también su misión profética evangelizando, con "el anuncio de Cristo comunicado con el testimonio de la vida y de la palabra". En los laicos, “esta evangelización […] adquiere una nota específica y una eficacia particular por el hecho de que se realiza en las condiciones generales de nuestro mundo" (Lumen gentium, 35): “Este apostolado no consiste sólo en el testimonio de vida; el verdadero apostolado busca ocasiones para anunciar a Cristo con su palabra, tanto a los no creyentes [...] como a los fieles (Apostolicam actuositatem, 6; cf. Ad gentes, 15).

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