sábado, 15 de marzo de 2008

Mt 6, 22-23 La lámpara del cuerpo es el ojo

(Mt 6, 22-23) La lámpara del cuerpo es el ojo
[22] La lámpara del cuerpo es el ojo. Si el ojo está sano, todo el cuerpo estará iluminado. [23] Pero si el ojo está enfermo, todo el cuerpo estará en tinieblas. Si la luz que hay en ti se oscurece, ¡cuánta oscuridad habrá!
(C.I.C 2466) En Jesucristo la verdad de Dios se manifestó en plenitud. ‘Lleno de gracia y de verdad’ (Jn 1, 14), él es la ‘luz del mundo’ (Jn 8, 12), la Verdad (cf. Jn 14, 6). El que cree en él, no permanece en las tinieblas (cf. Jn 12, 46). El discípulo de Jesús, ‘permanece en su palabra’, para conocer ‘la verdad que hace libre’ (cf. Jn 8, 31-32) y que santifica (cf. Jn 17, 17). Seguir a Jesús es vivir del ‘Espíritu de verdad’ (Jn 14, 17) que el Padre envía en su nombre (cf. Jn 14, 26) y que conduce ‘a la verdad completa’ (Jn 16, 13). Jesús enseña a sus discípulos el amor incondicional de la verdad: ‘Sea vuestro lenguaje: «sí, sí»; «no, no»’ (Mt 5, 37).

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