miércoles, 19 de marzo de 2008

Mt 8, 28-34 «¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios?

(Mt 8, 28-34) «¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios?
[28] Cuando Jesús llegó a la otra orilla, a la región de los gadarenos, fueron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros. Eran tan feroces, que nadie podía pasar por ese camino. [29] Y comenzaron a gritar: «¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?». [30] A cierta distancia había una gran piara de cerdos paciendo. [31] Los demonios suplicaron a Jesús: «Si vas a expulsarnos, envíanos a esa piara». [32] Él les dijo: «Vayan». Ellos salieron y entraron en los cerdos: estos se precipitaron al mar desde lo alto del acantilado, y se ahogaron. [33] Los cuidadores huyeron y fueron a la ciudad para llevar la noticia de todo lo que había sucedido con los endemoniados. [34] Toda la ciudad salió al encuentro de Jesús y, al verlo, le rogaron que se fuera de su territorio.
(C.I.C 550) La venida del Reino de Dios es la derrota del reino de Satanás (cf. Mt 12, 26): "Pero si por el Espíritu de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios" (Mt 12, 28). Los exorcismos de Jesús liberan a los hombres del dominio de los demonios (cf. Lc 8, 26-39). Anticipan la gran victoria de Jesús sobre "el príncipe de este mundo" (cf. Jn 12, 31). Por la Cruz de Cristo será definitivamente establecido el Reino de Dios: "Regnavit a ligno Deus" ("Dios reinó desde el madero de la Cruz"; Venancio Fortunato, Hymnus "Vexilla Regis": PL 88, 96).

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