miércoles, 19 de marzo de 2008

Mt 8, 18-22 Pero Jesús le respondió: “Sígueme”

(Mt 8, 18-22) Pero Jesús le respondió: “Sígueme”
[18] Al verse rodeado de tanta gente, Jesús mandó a sus discípulos que cruzaran a la otra orilla. [19] Entonces se aproximó un escriba y le dijo: «Maestro, te seguiré adonde vayas». [20] Jesús le respondió: «Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos; pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza». [21] Otro de sus discípulos le dijo: «Señor, permíteme que vaya antes a enterrar a mi padre». [22] Pero Jesús le respondió: «Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos».
(C.I.C 561) "Para quien la contempla resctamente la vida entera de Cristo fue una continua enseñanza: su silencio, sus milagros, sus gestos, su oración, su amor al hombre, su predilección por los pequeños y los pobres, la aceptación total del sacrificio en la cruz por la salvación del mundo, su resurrección, son la actuación de su palabra y el cumplimiento de la revelación" (Catechesi tradendae, 9). (C.I.C 562) Los discípulos de Cristo deben asemejarse a Él hasta que él crezca y se forme en ellos (cf. Ga 4, 19). "Por eso somos integrados en los misterios de su vida: con él estamos identificados, muertos y resucitados hasta que reinemos con él (Lumen gentium, 7).

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