jueves, 27 de junio de 2019
Comentario CIC al YouCat. Pregunta n. 510.
(Respuesta YouCat – repeticion) Orar es
siempre posible. Orar es una necesidad vital. La oración y la vida son
inseparables.
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 2744) Orar es una necesidad vital: si no nos dejamos
llevar por el Espíritu caemos en la esclavitud del pecado (cf. Ga 5, 16-25).
¿Cómo puede el Espíritu Santo ser "vida nuestra", si nuestro corazón
está lejos de él? “Nada vale como la oración: hace posible lo que es imposible,
fácil lo que es difícil […]. Es imposible […] que el hombre […] que ora […]
pueda pecar” (San Juan Crisóstomo, De
Anna, sermón 4, 5: PG 54, 666). “Quien ora se salva ciertamente, quien no
ora se condena ciertamente” (San Alfonso María de Ligorio, Del gran mezzo della preghiera, pars 1, c. 1). (C.I.C 2757)
"Orad continuamente" (1Ts 5, 17). Orar es siempre posible. Es incluso
una necesidad vital. Oración y vida cristiana son inseparables.
Para meditar
(Comentario
YouCat) No se puede despachar a Dios con un par de palabras por la mañana o por
la tarde. Nuestra vida debe convertirse en oración, y nuestras oraciones deben
hacerse vida. La historia de cada vida cristiana es también una historia de
oración, un único y largo intento de unirse cada vez más íntimamente con Dios.
Como en muchos cristianos está vivo el deseo de estar siempre junto a Dios en
su corazón, recurren a la llamada «oración de Jesús», que es una costumbre
antigua especialmente en las iglesias
orientales. El orante intenta integrar una fórmula sencilla de oración —la más
conocida es «Jesús, Hijo de Dios, ten misericordia de mí»— de tal modo en su
jornada, que se convierte en una oración constante.
(Comentario CIC) (C.I.C
2745) Oración y vida cristiana son inseparables porque se trata del mismo
amor y de la misma renuncia que procede del amor. La misma conformidad filial y
amorosa al designio de amor del Padre. La misma unión transformante en el
Espíritu Santo que nos conforma cada vez más con Cristo Jesús. El mismo amor a
todos los hombres, ese amor con el cual Jesús nos ha amado. "Todo lo que
pidáis al Padre en mi Nombre os lo concederá. Lo que os mando es que os améis
los unos a los otros" (Jn 15, 16-17). “Ora continuamente el que une la
oración a las obras y las obras a la oración. Sólo así podemos podemos cumplir
el mandato: ‘Orad constantemente’” (Orígenes, De oratione, 12, 2: PG 11, 452).
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