miércoles, 26 de junio de 2019

Comentario CIC al YouCat. Pregunta n. 510.


YOUCAT Pregunta n. 510. - Parte I. ¿Es posible orar siempre? 


(Respuesta YouCat) Orar es siempre posible. Orar es una necesidad vital. La oración y la vida son inseparables.     

Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 2742) "Orad constantemente" (1Ts 5, 17), "dando gracias continuamente y por todo a Dios Padre, en nombre de Nuestro Señor Jesucristo" (Ef 5, 20), "siempre en oración y suplica, orando en toda ocasión en el Espíritu, velando juntos con perseverancia e intercediendo por todos los santos" (Ef 6, 18)."No nos ha sido prescrito trabajar, vigilar y ayunar constantemente; pero sí tenemos una ley que nos manda orar sin cesar" (Evagrio Pontico, Capita practica ad Anatolium, 49: PG 40, 1245). Este ardor incansable no puede venir más que del amor. Contra nuestra inercia y nuestra pereza, el combate de la oración es el del amor humilde, confiado y perseverante. Este amor abre nuestros corazones a tres evidencias de fe, luminosas y vivificantes:          

Para meditar   

(Comentario YouCat) No se puede despachar a Dios con un par de palabras por la mañana o por la tarde. Nuestra vida debe convertirse en oración, y nuestras oraciones deben hacerse vida. La historia de cada vida cristiana es también una historia de oración, un único y largo intento de unirse cada vez más íntimamente con Dios. Como en muchos cristianos está vivo el deseo de estar siempre junto a Dios en su corazón, recurren a la llamada «oración de Jesús», que es una costumbre antigua  especialmente en las iglesias orientales. El orante intenta integrar una fórmula sencilla de oración —la más conocida es «Jesús, Hijo de Dios, ten misericordia de mí»— de tal modo en su jornada, que se convierte en una oración constante.

(Comentario CIC) (C.I.C 2757) "Orad continuamente" (1Ts 5, 17). Orar es siempre posible. Es incluso una necesidad vital. Oración y vida cristiana son inseparables. (C.I.C 2743) Orar es siempre posible: El tiempo del cristiano es el de Cristo resucitado que está con nosotros, “todos los días” (Mt 28, 20), cualesquiera que sean las tempestades (cf. Lc 8, 24). Nuestro tiempo está en las manos de Dios: “Conviene que el hombre ore atentamente, bien estando en la plaza o mientras da un paseo: igualmente el que está sentado ante su mesa de trabajo o el que dedica su tiempo as otras labores, que levante su alma a Dios: conviene también que el siervo alborotador o que anda yendo de un lado para otro, o el que se encuentra sirviendo en la cocina […], intenden elevar la súplica desde lo más hondo de su corazón” (San Juan Crisóstomo, De Anna, sermón 4, 6: PG 54, 668). 

(Continua la Pregunta: ¿Es posible orar siempre?)   

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