domingo, 23 de junio de 2019
CIC al YouCat. Pregunta n. 508.
(Respuesta YouCat – repeticion) La
distracción en la oración, el sentimiento de vacío interior y de sequedad e
incluso la aversión a la oración son experiencias que tiene todo orante. Ser
constante en la fidelidad es ya en sí oración.
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 2729) La dificultad habitual de la
oración es la distracción. En la
oración vocal, la distracción puede referirse a las palabras y al sentido de
éstas. La distracción, de un modo más profundo, puede referirse a Aquel al que
oramos, tanto en la oración vocal (litúrgica o personal), como en la meditación
y en la oración contemplativa. Dedicarse a perseguir las distracciones es caer
en sus redes; basta con volver a concentrarse en la oración: la distracción
descubre al que ora aquello a lo que su corazón está apegado. Esta humilde toma
de conciencia debe empujar al orante a ofrecerse al Señor para ser purificado.
El combate se decide cuando se elige a quién se desea servir (cf. Mt 6, 21.
24).
Para meditar
(Comentario
YouCat) Incluso santa Teresa del Niño Jesús estuvo mucho tiempo sin poder
experimentar nada del amor de Dios. Poco antes de su muerte la visitó por la
noche su hermana Céline. Vio que Teresa tenía las manos enlazadas. «¿Qué haces?
Deberías intentar dormir», dijo Céline. «No puedo, sufro demasiado. Pero rezo»,
respondió Teresa. «¿Y qué le dices a Jesús?» «No le digo nada. Le amo».
(Comentario CIC) (C.I.C
2736) ¿Estamos convencidos de que "nosotros no sabemos pedir como
conviene" (Rm 8, 26)? ¿Pedimos a Dios los "bienes convenientes"?
Nuestro Padre sabe bien lo que nos hace falta antes de que nosotros se lo
pidamos (cf. Mt 6, 8), pero espera nuestra petición porque la dignidad de sus
hijos está en su libertad. Por tanto es necesario orar con su Espíritu de
libertad, para poder conocer en verdad su deseo (cf. Rm 8, 27).
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