martes, 30 de enero de 2018

Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 259.



YOUCAT Pregunta n. 259. – Parte IV. ¿ En qué se diferencia el sacerdocio común de los fieles del sacerdocio ordenado?  


(Respuesta YouCat – repeticion) Por el Bautismo Cristo nos ha convertido en un reino de «sacerdotes para Dios, su Padre» (Ap 1,6). Por el sacerdocio común, todo cristiano está llamado a actuar en el mundo en nombre de Dios y a transmitirle su bendición y su gracia. Sin embargo, en el Cenáculo y en el envío de los Apóstoles, Cristo ha dotado a algunos con un poder sagrado para el servicio de los creyentes; estos sacerdotes ordenados representan a Cristo como pastores de su pueblo y cabeza de su Cuerpo, la Iglesia.       

Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 1552) El sacerdocio ministerial no tiene solamente por tarea representar a Cristo –Cabeza de la Iglesia– ante la asamblea de los fieles, actúa también en nombre de toda la Iglesia cuando presenta a Dios la oración de la Iglesia (cf. Sacrosanctum Concilium, 33) y sobre todo cuando ofrece el sacrificio eucarístico (cf. Lumen gentium, 10). (C.I.C 1992) La justificación nos fue merecida por la pasión de Cristo, que se ofreció en la cruz como hostia viva, santa y agradable a Dios y cuya sangre vino a ser instrumento de propiciación por los pecados de todos los hombres. La justificación es concedida por el bautismo, sacramento de la fe. Nos asemeja a la justicia de Dios que nos hace interiormente justos por el poder de su misericordia. Tiene por fin la gloria de Dios y de Cristo, y el don de la vida eterna (Cf. Concilio de Trento: DS 1529): “Pero ahora, independientemente de la ley, la justicia de Dios se ha manifestado, atestiguada por la ley y los profetas, justicia de Dios por la fe en Jesucristo, para todos los que creen -pues no hay diferencia alguna; todos pecaron y están privados de la gloria de Dios - y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús, a quien Dios exhibió como instrumento de propiciación por su propia sangre, mediante la fe, para mostrar su justicia, pasando por alto los pecados cometidos anteriormente, en el tiempo de la paciencia de Dios; en orden a mostrar su justicia en el tiempo presente, para ser él justo y justificador del que cree en Jesús” (Rm 3 ,21-26).         

Para meditar   

(Comentario YouCat) La misma palabra «sacerdote» usada para expresar dos realidades relacionadas, pero con una diferencia «esencial y no sólo en grado» (Concilio Vaticano II , LG), lleva a menudo a confusión. Por un lado tenemos que darnos cuenta con gozo de que todos Los bautizados somos sacerdotes, porque vivimos en Cristo y participamos de todo Lo que él es y hace. ¿Por qué entonces no pedimos constantemente bendiciones para este mundo? Por otra parte tenemos que escubrir de nuevo el don de Dios a su Iglesia, que son Los sacerdotes ordenados, que representan entre nosotros al mismo Señor.     

(Comentario CIC) (C.I.C 1553) "En nombre de toda la Iglesia", expresión que no quiere decir que los sacerdotes sean los delegados de la comunidad. La oración y la ofrenda de la Iglesia son inseparables de la oración y la ofrenda de Cristo, su Cabeza. Se trata siempre del culto de Cristo en y por su Iglesia. Es toda la Iglesia, cuerpo de Cristo, la que ora y se ofrece, per ipsum et cum ipso et in ipso, en la unidad del Espíritu Santo, a Dios Padre. Todo el cuerpo, caput et membra, ora y se ofrece, y por eso quienes, en este cuerpo, son específicamente sus ministros, son llamados ministros no sólo de Cristo, sino también de la Iglesia. El sacerdocio ministerial puede representar a la Iglesia porque representa a Cristo.   

(Siguiente Pregunta: ¿Por qué ha hecho Dios al hombre y a la mujer el uno para el otro?)     

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