viernes, 12 de enero de 2018
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 250
(Respuesta YouCat – repeticion) Los sacerdotes de la
Antigua Alianza consideraban su tarea la mediación entre lo celestial y lo
terreno, entre Dios y su pueblo. Puesto que Cristo es el único «mediador entre
Dios y los hombres» (1 Tim 2,5), es él quien ha cumplido y finalizado ese
sacerdocio. Después de Cristo sólo puede existir un sacerdocio ordenado en
Cristo, en el sacrificio de Cristo en la Cruz y a través de la vocación de
Cristo y la misión apostólica.
Reflecciones y
puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 1541) No obstante, la liturgia de la Iglesia ve en el
sacerdocio de Aarón y en el servicio de los levitas, así como en la institución
de los setenta "ancianos" (cf. Nm 11, 24-25), prefiguraciones del
ministerio ordenado de la Nueva Alianza. Por ello, en el rito latino la Iglesia
se dirige a Dios en la oración consecratoria de la ordenación de los obispos de
la siguiente manera: “Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo [...], Tú que estableciste normas en tu Iglesia con tu palabra
bienechora. Desde el principio tú predestinaste
un linaje justo de Abraham; nombraste principes y sacerdotes y non dejaste sen
ministros tu santuario” (Pontifical
Romano: Ordenación de Obispos, presbíteros y diáconos. Ordenación de
Obispo. Oración de la Ordenación).
Para meditar
(Comentario YouCat) El sacerdote católico que administra
Los sacramentos, no actúa por su propio poder o en virtud de su perfección
moral (de la que desgraciadamente carece a menudo), sino «in persona Christi».
El sacramento del Orden le confiere el poder transformador, sanador y salvífico
de Cristo. Dado que un sacerdote no tiene nada por sí mismo, es ante todo un
servidor. De aquí que un signo para reconocer a un auténtico sacerdote sea el
asombro humilde ante su propia vocación.
(Comentario CIC) (C.I.C
1542) En la ordenación de presbíteros, la Iglesia
ora: “Dio todopoderoso y eterno, […] ya en la primera Alianza aumentaron los
oficios, instituidos come signos sagrados. Cuando pusiste a Moisés y a Aarón al
frente de tu pueblo, para gobernarlo y santificarlo, les elegiste colaboradores
subordinados en orden y dignidad que les acompañaran y secundaran. Así en el
desierto, multiplicaste el espíritu de Moisés, comunicándolo a los setenta
varones prudentes con los cuales gobernó más fácilmente a tu pueblo […] Así
también hiciste partícipes a los hijos de Aarón de la abundante plenitud
otorgada a su padre...” (Pontifical
Romano: Ordenación de Obispos, presbíteros y diáconos. Ordenación de Presbíteros.
Oración de la Ordenación).
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