viernes, 26 de enero de 2018

Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 258.


YOUCAT Pregunta n. 258. ¿ Por qué la Iglesia exige a los presbíteros y obispos una vida célibe?     


(Respuesta YouCat) Jesús vivió célibe y con ello quiso expresar su amor indiviso a Dios Padre. Asumir la forma de vida de Jesús y vivir en castidad «por el reino de los cielos» (Mt 19,12) es desde tiempos de Jesús un signo del amor, de la entrega plena al Señor y de la total disponibilidad para el servicio. La Iglesia católica latina exige esta forma de vida a sus obispos presbíteros, las Iglesias católicas orientales únicamente a sus obispos.         

Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 1579) Todos los ministros ordenados de la Iglesia latina, exceptuados los diáconos permanentes, son ordinariamente elegidos entre hombres creyentes que viven como célibes y que tienen la voluntad de guardar el celibato "por el Reino de los cielos" (Mt 19,12). Llamados a consagrarse totalmente al Señor y a sus "cosas" (cf. 1Co 7,32), se entregan enteramente a Dios y a los hombres. El celibato es un signo de esta vida nueva al servicio de la cual es consagrado el ministro de la Iglesia; aceptado con un corazón alegre, anuncia de modo radiante el Reino de Dios (cf. Presbiterorum Ordinis, 16). (C.I.C 1599) En la Iglesia latina, el sacramento del Orden para el presbiterado sólo es conferido ordinariamente a candidatos que están dispuestos a abrazar libremente el celibato y que manifiestan públicamente su voluntad de guardarlo por amor del Reino de Dios y el servicio de los hombres.              

Para meditar   

(Comentario YouCat) El celibato, en palabras del papa Benedicto XVI, no puede significar «quedarse privados de amor, sino que debe significar dejarse tomar por la pasión por Dios». Un sacerdote debe, como célibe, ser fecundo representando la paternidad de Dios y de Jesús. Además añade el Papa: «Cristo necesita sacerdotes que sean maduros y varoniles, capaces  de ejercer una verdadera paternidad  espiritual». 

(Comentario CIC) (C.I.C 1580) En las Iglesias Orientales, desde hace siglos está en vigor una disciplina distinta: mientras los obispos son elegidos únicamente entre los célibes, hombres casados pueden ser ordenados diáconos y presbíteros. Esta práctica es considerada como legítima desde tiempos remotos; estos presbíteros ejercen un ministerio fructuoso en el seno de sus comunidades (cf. Presbiterorum Ordinis, 16). Por otra parte, el celibato de los presbíteros goza de gran honor en las Iglesias Orientales, y son numerosos los presbíteros que lo escogen libremente por el Reino de Dios. En Oriente como en Occidente, quien recibe el sacramento del Orden no puede contraer matrimonio.      

(Siguiente Pregunta: ¿En qué se diferencia el sacerdocio común de los fieles del sacerdocio ordenado?)     

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