martes, 23 de enero de 2018
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 255.
(Respuesta
YouCat – repeticion) En la ordenación diaconal el candidato recibe el encargo
de un servicio propio dentro del orden. Porque representa a Cristo como el que
no ha venido a «ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos
» (Mt 20,28). En la liturgia de ordenación se dice: «En el servicio de la
Palabra, del altar y de la caridad, el diácono está disponible para todos».
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 1570) Los
diáconos participan de una manera especial en la misión y la gracia de Cristo
(cf. Lumen gentium, 41; Ad gentes, 16). El sacramento del Orden
los marco con un sello (carácter) que
nadie puede hacer desaparecer y que los configura con Cristo que se hizo
"diácono", es decir, el servidor de todos (cf. Mc 10,45; Lc 22,27;
San Policarpo de Esmirna, Epistula ad
Philippenses 5, 2). Corresponde a los diáconos, entre otras cosas, asistir
al obispo y a los presbíteros en la celebración de los divinos misterios sobre
todo de la Eucaristía y en la distribución de la misma, asistir a la celebración
del matrimonio y bendecirlo, proclamar el evangelio y predicar, presidir las
exequias y entregarse a los diversos servicios de la caridad (cf. Lumen gentium, 29; cf. Sacrosanctum Concilium, 35; Ad gentes, 16).
Para meditar
(Comentario YouCat) El
prototipo del diácono es el mártir san Esteban. Cuando los Apóstoles, en la
comunidad primitiva de Jerusalén, se vieron desbordados por la abundancia de
tareas caritativas, buscaron a siete hombres «para servir las mesas», que
fueron ordenados por ellos. Esteban, elprimero en ser nombrado, actuó «lleno de
gracia y poder» a favor de la nueva fe, así como de pobres de la comunidad.
Después de que durante siglos el diácono haya sido sólo un grado del Orden en
el camino al presbiterado, hoy es nuevamente una vocación independiente para
célibes y para casados. Por un lado era preciso destacar con ello de nuevo el
carácter de servicio de la Iglesia, por otro se quería, como en la Iglesia
primitiva, poner junto a los presbíteros
un estado que asuma determinados encargos pastorales y sociales de la Iglesia.
También la ordenación diaconal marca al ordenado para toda la vida y de modo
irrevocable.
Comentario CIC) (C.I.C 1579) Todos los
ministros ordenados de la Iglesia latina, exceptuados los diáconos permanentes,
son ordinariamente elegidos entre hombres creyentes que viven como célibes y
que tienen la voluntad de guardar el celibato
"por el Reino de los cielos" (Mt 19,12). Llamados a consagrarse
totalmente al Señor y a sus "cosas" (cf. 1Co 7,32), se entregan
enteramente a Dios y a los hombres. El celibato es un signo de esta vida nueva
al servicio de la cual es consagrado el ministro de la Iglesia; aceptado con un
corazón alegre, anuncia de modo radiante el Reino de Dios (cf. Presbiterorum Ordinis, 16).
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