lunes, 22 de enero de 2018
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 255.
(Respuesta
YouCat) En la ordenación diaconal el candidato recibe el encargo de un servicio
propio dentro del orden. Porque representa a Cristo como el que no ha venido a
«ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos » (Mt 20,28).
En la liturgia de ordenación se dice: «En el servicio de la Palabra, del altar
y de la caridad, el diácono está disponible para todos».
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 1569)
"En el grado inferior de la jerarquía están los diácon os, a los que se les
imponen las 'para realizar un servicio y no para ejercer el sacerdocio'" (Lumen gentium, 29; cf. Christus Dominus, 15). En la ordenación al diaconado, sólo el obispo impone las manos,
significando así que el diácono está especialmente vinculado al obispo en las
tareas de su "diaconía" (cf. San Hipólito Romano, Traditio apostolica, 8).
Para meditar
(Comentario YouCat) El
prototipo del diácono es el mártir san Esteban. Cuando los Apóstoles, en la
comunidad primitiva de Jerusalén, se vieron desbordados por la abundancia de
tareas caritativas, buscaron a siete hombres «para servir las mesas», que
fueron ordenados por ellos. Esteban, elprimero en ser nombrado, actuó «lleno de
gracia y poder» a favor de la nueva fe, así como de pobres de la comunidad.
Después de que durante siglos el diácono haya sido sólo un grado del Orden en
el camino al presbiterado, hoy es nuevamente una vocación independiente para
célibes y para casados. Por un lado era preciso destacar con ello de nuevo el
carácter de servicio de la Iglesia, por otro se quería, como en la Iglesia
primitiva, poner junto a los presbíteros
un estado que asuma determinados encargos pastorales y sociales de la Iglesia.
También la ordenación diaconal marca al ordenado para toda la vida y de modo irrevocable.
(Comentario CIC) (C.I.C 1571) Desde el
Concilio Vaticano II, la Iglesia latina ha restablecido el diaconado "como
un grado particular dentro de la jerarquía" (Lumen gentium, 29), mientras que las Iglesias de Oriente lo habían
mantenido siempre. Este diaconado
permanente, que puede ser conferido a hombres casados, constituye un
enriquecimiento importante para la misión de la Iglesia. En efecto, es
apropiado y útil que hombres que realizan en la Iglesia un ministerio
verdaderamente diaconal, ya en la vida litúrgica y pastoral, ya en las obras
sociales y caritativas, "sean fortalecidos por la imposición de las manos
transmitida ya desde los Apóstoles y se unan más estrechamente al servicio del
altar, para que cumplan con mayor eficacia su ministerio por la gracia
sacramental del diaconado" (Ad
gentes, 16).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario