domingo, 30 de abril de 2017
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 138.
(Respuesta YouCat – repeticion) En la
Iglesia hay laicos y clérigos (clero). Como hijos de Dios tienen la misma
dignidad. Tienen misiones de igual valor, pero diferentes. La misión de los
laicos es orientar el mundo entero hacia el reino de Dios. Junto a ellos están
los ministros ordenados (clérigos) con los ministerios del gobierno de la
Iglesia, de la enseñanza y de la santificación. En ambos estados de vida hay
cristianos que, en castidad, pobreza y obediencia, se ponen de modo especial al
servicio de Dios (por ejemplo, los religiosos).
Reflecciones
y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C
875a) "¿Cómo creerán en aquél a quien no han oído? ¿cómo oirán sin que se
les predique? y ¿cómo predicarán si no son enviados?" (Rm 10, 14-15).
Nadie, ningún individuo ni ninguna comunidad, puede anunciarse a sí mismo el
Evangelio. "La fe viene de la predicación" (Rm 10, 17). Nadie se
puede dar a sí mismo el mandato ni la misión de anunciar el Evangelio. El enviado del Señor habla y obra no con autoridad
propia, sino en virtud de la autoridad de Cristo; no como miembro de la
comunidad, sino hablando a ella en nombre de Cristo.
Para
meditar
(Comentario
YouCat) Todo cristiano tiene la misión de
testimoniar el evangelio con la propia vida. Pero Dios traza un camino propio
para cada persona. A unos los envía como Laicos, para que construyan el reino
de Dios en medio del mundo, en la familia y en el trabajo. Para ello cuentan
con los dones necesarios del Espíritu Santo en el bautismo y la Confirmación. A
otros les encomienda el ministerio pastoral; tienen que gobernar, enseñar y
santificar a su pueblo. Nadie se puede atribuir este encargo; es el Señor mismo
quien lo concede y confiere la fuerza divina mediante el orden sagrado. De este
modo pueden actuar en lugar de Cristo y dispensar los Sacramentos.
(Comentario
CIC) (C.I.C 875b) Nadie puede conferirse a sí mismo la
gracia, ella debe ser dada y ofrecida. Eso supone ministros de la gracia,
autorizados y habilitados por parte de Cristo. De Él
reciben la misión y la facultad [el "poder sagrado"] de actuar in persona Christi Capitis. Este
ministerio, en el cual los enviados de Cristo hacen y dan, por don de Dios, lo
que ellos, por sí mismos, no pueden hacer ni dar, la tradición de la Iglesia lo
llama "sacramento". El ministerio de la Iglesia se confiere por medio
de un sacramento específico.
(Continua la Pregunta: ¿Cómo está estructurada la Iglesia una, santa,
católica y apostólica?)
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