viernes, 21 de abril de 2017
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 136.
(Respuesta YouCat – repeticion) La Iglesia
respeta todo lo que en las demás religiones es bueno y verdadero. Respeta y
fomenta la libertad religiosa como derecho humano. Sin embargo, ella sabe que
Jesucristo es el único Salvador de los hombres. Sólo él es «el camino y la
verdad y la vida» (Jn 14,6).
Reflecciones
y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C
843) La Iglesia reconoce en las otras religiones la búsqueda "en sombras y
bajo imágenes", del Dios desconocido pero próximo ya que es Él quien da a
todos vida, el aliento y todas las cosas y quiere que todos los hombres se
salven. Así, la Iglesia aprecia todo lo bueno y verdadero, que puede
encontrarse en las diversas religiones, "como una preparación al Evangelio
y como un don de aquel que ilumina a todos los hombres, para que al fin tengan
la vida" (Lumen gentium, 16; cf.
Nostra aetate, 2; Evangelii nuntiandi, 53).
Para
meditar
(Comentario
YouCat) Todo aquel que busca a Dios nos resulta
cercano a los cristianos. Hay un grado especial de «parentesco» con los
musulmanes. Al igual que el judaismo y el cristianismo, el islam pertenece
también a las Religiones monoteístas (monoteísmo). También los musulmanes
veneran al Dios creador y a Abraham como padre de su fe. Para el Corán, Jesús
es un gran profeta. María, su Madre, es la madre del profeta. La Iglesia enseña
que todos los hombres que sin culpa suya no conocen a Cristo ni a su Iglesia,
pero buscan sinceramente a Dios y siguen la voz de su conciencia, pueden
alcanzar La salvación con la ayuda de la gracia. Sin embargo, quien ha conocido
que Jesucristo es «el camino, la verdad y la vida», pero no quiere seguirle, no
alcanza la salvación. Esto es lo que se expresa con la frase «Extra ecclesiam
nulla salus» (Fuera de la Iglesia no hay salvación).
(Comentario CIC) (C.I.C 844) Pero, en su
comportamiento religioso, los hombres muestran también límites y errores que
desfiguran en ellos la imagen de Dios: “Con demasiada frecuencia los hombres,
engañados por el Maligno, se pusieron a razonar como personas vacías y
cambiaron el Dios verdadero por un ídolo falso, sirviendo a las criaturas en
vez de al Creador. Otras veces, viviendo y muriendo sin Dios en este mundo,
están expuestos a la desesperación más radical” (Lumen gentium, 16).
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