sábado, 27 de febrero de 2016
Comentario CIC al YouCat. Pregunta n. 3. Parte I.
(Respuesta
YouCat) Dios ha puesto en nuestro corazón el deseo de buscarle y encontrarle.
San Agustín dice: «Nos hiciste, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto
hasta que descansa en ti». Este deseo y búsqueda de Dios lo denominamos
religión.
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 27) El deseo de Dios está
inscrito en el corazón del hombre, porque el hombre ha sido creado por Dios y
para Dios; y Dios no cesa de atraer al hombre hacia sí, y sólo en Dios
encontrará el hombre la verdad y la dicha que no cesa de buscar: “La razón más
alta de la dignidad humana consiste en la vocación del hombre a la comunión con
Dios. El hombre es invitado al diálogo con Dios desde su nacimiento; pues no
existe sino porque, creado por Dios por amor, es conservado siempre por amor; y
no vive plenamente según la verdad si no reconoce libremente aquel amor y se
entrega a su Creador” (Gaudium et spes, 19). (C.I.C 28) De múltiples maneras, en su historia, y hasta el día de
hoy, los hombres han expresado a su búsqueda de Dios por medio de sus creencias
y sus comportamientos religiosos (oraciones, sacrificios, cultos, meditaciones,
etc.). A pesar de las ambigüedades que pueden entrañar, estas formas de
expresión son tan universales que se puede llamar al hombre un ser religioso:
Dios “creó […], de un solo principio, todo el linaje humano, para que habitase
sobre toda la faz de la tierra y determinó con exactitud el tiempo y los
límites del lugar donde habían de habitar, con el fin de que buscasen a Dios,
para ver si a tientas le buscaban y le hallaban; por más que no se encuentra
lejos de cada uno de nosotros; pues en él vivimos, nos movemos y existimos (Hch
17,26-28).
Para
meditar
(Comentario YouCat) Para el ser humano es natural
buscar a Dios. Todo su afán por la verdad y La felicidad es en definitiva una
búsqueda de aquello que lo sostiene absolutamente, Lo satisface absolutamente)
lo reclama absolutamente. El hombre sólo es plenamente él mismo cuando ha
encontrado a Dios. «Quien busca la verdad busca a Dios, sea o no consciente de
ello» (santa Edith Stein).
(Comentario CIC) (C.I.C 281) Por esto, las lecturas de la Noche Pascual,
celebración de la creación nueva en Cristo, comienzan con el relato de la
creación; de igual modo, en la liturgia bizantina, el relato de la creación
constituye siempre la primera lectura de las vigilias de las grandes fiestas
del Señor. Según el testimonio de los antiguos, la instrucción de los
catecúmenos para el bautismo sigue el mismo camino (Cf. Egeria, Itineraio o
Peregrinación a los santos lugares, 46; San Agustín, De catechizandis
rudibus, 3, 5: PL 40, 313).
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