jueves, 25 de febrero de 2016
Comentario CIC al YouCat. Pregunta n. 1. Parte 2.
(Respuesta
YouCat – repeticion) Estamos en la tierra para conocer y amar a Dios, para
hacer el bien según su voluntad y para ir un día al cielo.
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 358) Dios creó todo para
el hombre (cf. Gaudium et spes, 12; 24; 39), pero el hombre fue creado
para servir y amar a Dios y para ofrecerle toda la creación: “¿Cuál es, pues,
el ser que va a venir a la existencia rodeado de semejante consideración? Es el
hombre, grande y admirable figura viviente, más precioso a los ojos de Dios que
la creación entera; es el hombre, para él existen el cielo y la tierra y el mar
y la totalidad de la creación, y Dios ha dado tanta importancia a su salvación
que no ha perdonado a su Hijo único por él. Porque Dios no ha cesado de hacer
todo lo posible para que el hombre subiera hasta Él y se sentara a su derecha
(san Juan Crisóstomo, Sermones in Genesim, 2,1: PG 54, 587-588).
Para meditar
(Comentario YouCat) Ser hombre quiere decir: venir
de Dios e ir hacia Dios. Tenemos un origen más remoto que nuestros padres.
Venimos de Dios, en quien reside toda la felicidad del Cielo y de la Tierra, y
somos esperados en su bienaventuranza eterna e limitada. Mientras tanto vivimos
en la tierra. A veces experimentamos la cercanía de nuestro Creador, con
frecuencia no experimentamos nada en absoluto. Para que podamos encontrar el
camino a casa, Dios nos ha enviado a su Hijo, que nos ha liberado del pecado,
nos ha salvado de todo mal y nos conduce infaliblemente a la verdadera vida. Él
es «el camino y la verdad y la vida» (Jn 14,6).
(Comentario CIC) (C.I.C 285) Desde sus comienzos, la fe cristiana se ha visto
confrontada a respuestas distintas de las suyas sobre la cuestión de los
orígenes. Así, en las religiones y culturas antiguas encontramos numerosos
mitos referentes a los orígenes. Algunos filósofos han dicho que todo es Dios,
que el mundo es Dios, o que el devenir del mundo es el devenir de Dios
(panteísmo); otros han dicho que el mundo es una emanación necesaria de Dios,
que brota de esta fuente y retorna a ella; otros han afirmado incluso la
existencia de dos principios eternos, el Bien y el Mal, la Luz y las Tinieblas,
en lucha permanente (dualismo, maniqueísmo); según algunas de estas
concepciones, el mundo (al menos el mundo material) sería malo, producto de una
caída, y por tanto que se ha de rechazar y superar (gnosis); otros admiten que
el mundo ha sido hecho por Dios, pero a la manera de un relojero que, una vez
hecho, lo habría abandonado a él mismo (deísmo); otros, finalmente, no aceptan
ningún origen transcendente del mundo, sino que ven en él el puro juego de una
materia que ha existido siempre (materialismo). Todas estas tentativas dan
testimonio de la permanencia y de la universalidad de la cuestión de los
orígenes. Esta búsqueda es inherente al hombre.
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