sábado, 13 de febrero de 2016
595. ¿Cómo es posible el perdón? (Primera parte)
(Compendio
595) La misericordia penetra en nuestros corazones solamente si también nosotros
sabemos perdonar, incluso a nuestros enemigos. Aunque para el hombre parece
imposible cumplir con esta exigencia, el corazón que se entrega al Espíritu
Santo puede, a ejemplo de Cristo, amar hasta el extremo de la caridad, cambiar
la herida en compasión, transformar la ofensa en intercesión. El perdón
participa de la misericordia divina, y es una cumbre de la oración cristiana.
Resumen
(C.I.C 2862) La
quinta petición implora para nuestras ofensas la misericordia de Dios, la cual
no puede penetrar en nuestro corazón si no hemos sabido perdonar a nuestros
enemigos, a ejemplo y con la ayuda de Cristo.
Profundizar y modos
de explicaciones
(C.I.C 2840)
Ahora bien, lo temible es que este desbordamiento de misericordia no puede
penetrar en nuestro corazón mientras no hayamos perdonado a los que nos han
ofendido. El Amor, como el Cuerpo de Cristo, es indivisible; no podemos amar a
Dios a quien no vemos, si no amamos al hermano, a la hermana a quienes vemos
(cf. 1Jn 4, 20). Al negarse a perdonar a
nuestros hermanos y hermanas, el corazón se cierra, su dureza lo hace
impermeable al amor misericordioso del Padre; en la confesión del propio
pecado, el corazón se abre a su gracia.
Para la reflexión
(C.I.C 2841) Esta
petición es tan importante que es la única sobre la cual el Señor vuelve y
explicita en el Sermón de la Montaña (cf. Mt 5, 23-24; 6, 14-15; Mc 11, 25).
Esta exigencia crucial del misterio de la Alianza es imposible para el hombre.
Pero "todo es posible para Dios" (Mt 19, 26). (Continua)
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