martes, 17 de noviembre de 2015
553. ¿Cuáles son las diversas formas de la oración de petición? (Primera parte)
(Compendio
553) La oración de petición puede adoptar diversas formas: petición de perdón o
también súplica humilde y confiada por todas nuestras necesidades espirituales
y materiales; pero la primera realidad que debemos desear es la llegada del
Reino de Dios.
Resumen
(C.I.C 2646) La
oración de petición tiene por objeto el perdón, la búsqueda del Reino y
cualquier necesidad verdadera.
Profundizar y modos
de explicaciones
(C.I.C 2629) El
vocabulario neotestamentario sobre la oración de súplica está lleno de matices:
pedir, reclamar, llamar con insistencia, invocar, clamar, gritar, e incluso
"luchar en la oración" (cf. Rm 15, 30; Col 4, 12). Pero su forma más
habitual, por ser la más espontánea, es la petición. Mediante la oración de
petición mostramos la conciencia de nuestra relación con Dios: por ser
criaturas, no somos ni nuestro propio origen, ni dueños de nuestras
adversidades, ni nuestro fin último; pero también, por ser pecadores, sabemos,
como cristianos, que nos apartamos de nuestro Padre. La petición ya es un
retorno hacia Él.
Para la reflexión
(C.I.C 2630) El
Nuevo Testamento no contiene apenas oraciones de lamentación, frecuentes en el
Antiguo Testamento. En adelante, en Cristo resucitado, la oración de la Iglesia
es sostenida por la esperanza, aunque todavía estemos en la espera y tengamos
que convertirnos cada día. La petición cristiana brota de otras profundidades,
de lo que San Pablo llama el gemido:
el de la creación "que sufre dolores de parto" (Rm 8, 22), el nuestro
también en la espera "del rescate de nuestro cuerpo. Porque nuestra
salvación es objeto de esperanza" (Rm 8, 23-24), y, por último, los
"gemidos inefables" del propio Espíritu Santo que "viene en
ayuda de nuestra flaqueza. Pues nosotros no sabemos pedir como conviene"
(Rm 8, 26). (Continua)
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