viernes, 13 de noviembre de 2015
549. ¿Cómo interviene el Espíritu Santo en la oración de la Iglesia?
(Compendio
549) El Espíritu Santo, Maestro interior de la oración cristiana, educa a la
Iglesia en la vida de oración, y le hace entrar cada vez con mayor profundidad
en la contemplación y en la unión con el insondable misterio de Cristo. Las
formas de oración, tal como las revelan los escritos apostólicos y canónicos,
siguen siendo normativas para la oración cristiana.
Resumen
(C.I.C 2644) El
Espíritu Santo que enseña a la Iglesia y le recuerda todo lo que Jesús dijo, la
educa también en la vida de oración, suscitando expresiones que se renuevan
dentro de unas formas permanentes de orar: bendición, petición, intercesión,
acción de gracias y alabanza.
Profundizar y modos
de explicaciones
(C.I.C 2623) El
día de Pentecostés, el Espíritu de la promesa se derramó sobre los discípulos,
"reunidos en un mismo lugar" (Hch 2, 1), que lo esperaban
"perseverando en la oración con un mismo espíritu" (Hch 1, 14). El
Espíritu que enseña a la Iglesia y le recuerda todo lo que Jesús dijo (cf. Jn
14, 26), será también quien la instruya en la vida de oración.
Para la reflexión
(C.I.C 2625)
Estas oraciones son en primer lugar las que los fieles escuchan y leen en las
Escrituras, pero las actualizan, especialmente las de los salmos, a partir de
su cumplimiento en Cristo (cf. Lc 24, 27. 44). El Espíritu Santo, que recuerda
así a Cristo ante su Iglesia orante, conduce a ésta también hacia la Verdad
plena, y suscita nuevas formulaciones que expresarán el insondable Misterio de
Cristo que actúa en la vida, los sacramentos y la misión de su Iglesia. Estas
formulaciones se desarrollan en las grandes tradiciones litúrgicas y
espirituales. Las formas de la oración,
tal como las revelan las Escrituras apostólicas canónicas, siguen siendo
normativas para la oración cristiana.
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