jueves, 5 de noviembre de 2015
544. ¿Cómo nos enseña Jesús a orar? (Primera parte)
(Compendio
544) Jesús nos enseña a orar no sólo con la oración del Padre nuestro, sino
también cuando Él mismo ora. Así, además del contenido, nos enseña las
disposiciones requeridas por una verdadera oración: la pureza del corazón, que
busca el Reino y perdona a los enemigos; la confianza audaz y filial, que va
más allá de lo que sentimos y comprendemos; la vigilancia, que protege al
discípulo de la tentación.
Resumen
(C.I.C 2621) En
su enseñanza, Jesús instruye a sus discípulos para que oren con un corazón
purificado, una fe viva y perseverante, una audacia filial. Les insta a la
vigilancia y les invita a presentar sus peticiones a Dios en su Nombre. El
mismo escucha las plegarias que se le dirigen.
Profundizar y modos
de explicaciones
(C.I.C 2608) Ya
en el Sermón de la Montaña, Jesús
insiste en la conversión del corazón:
la reconciliación con el hermano antes de presentar una ofrenda sobre el altar
(cf. Mt 5, 23-24), el amor a los enemigos y la oración por los perseguidores
(cf. Mt 5, 44-45), orar al Padre "en lo secreto" (Mt 6, 6), no gastar
muchas palabras (cf. Mt 6, 7), perdonar desde el fondo del corazón al orar (cf.
Mt 6, 14-15), la pureza del corazón y la búsqueda del Reino (cf. Mt 6, 21. 25.
33). Esta conversión se centra totalmente en el Padre; es lo propio de un
hijo.
Para la reflexión
(C.I.C 2609)
Decidido así el corazón a convertirse, aprende a orar en la fe. La fe es una adhesión filial a Dios,
más allá de lo que nosotros sentimos y comprendemos. Se ha hecho posible porque
el Hijo amado nos abre el acceso al Padre. Puede pedirnos que
"busquemos" y que "llamemos" porque Él es la puerta y el
camino (cf. Mt 7, 7-11. 13-14). (Continua)
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