sábado, 22 de septiembre de 2018
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 356.
(Respuesta YouCat – repeticion) No. El
esoterismo se equivoca ante la realidad de Dios. Dios es un ser personal; es el
amor y el origen de la vida, no una fría energía cósmica. El hombre es querido
y creado por Dios, pero él mismo no es divino, sino una criatura herida por el
pecado, amenazada por la muerte, necesitada de redención. Mientras que las
doctrinas esotéricas suponen en su mayoría que el hombre se puede redimir a sí
mismo, los cristianos creen que únicamente les redime Jesucristo y la gracia de
Dios. Tampoco la naturaleza y el cosmos son Dios (panteísmo). El
Creador, con todo su amor por nosotros, es infinitamente mayor y diferente a
todo lo que él ha creado.
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 2117) Todas las prácticas de magia
o de hechicería mediante las que se
pretende domesticar potencias ocultas para ponerlas a su servicio y obtener un
poder sobrenatural sobre el prójimo - aunque sea para procurar la salud -, son
gravemente contrarias a la virtud de la religión. Estas prácticas son más
condenables aún cuando van acompañadas de una intención de dañar a otro,
recurran o no a la intervención de los demonios. Llevar amuletos es también
reprensible. El espiritismo implica
con frecuencia prácticas adivinatorias o mágicas. Por eso la Iglesia advierte a
los fieles que se guarden de él. El recurso a las medicinas llamadas
tradicionales no legítima ni la invocación de las potencias malignas, ni la
explotación de la credulidad del prójimo.
Para meditar
(Comentario YouCat) Muchas personas hoy en día
hacen yoga por razones de salud, participan en cursos de meditación
(meditación) para estar en silencio y recogimiento, o asisten a talleres de
danza para hacer una nueva experiencia de su cuerpo. No siempre estas técnicas
son inofensivas. A veces son el instrumento para una doctrina ajena al
cristianismo, el esoterismo. Ningún hombre sensato debe compartir esta
cosmovisión irracional en la que abundan los espíritus, los duendes y los
ángeles (esotéricos), en la que se cree en la magia y los «iniciados» poseen un
conocimiento secreto que se oculta al «pueblo llano». Ya en tiempos del antiguo
Israel se desenmascararon las creencias en dioses y espíritus de los pueblos
vecinos. Sólo Dios es el Señor; no hay ningún otro dios fuera de él. Tampoco
hay ninguna técnica mágica mediante la cual se pueda conjurar «la divinidad»,
imponer sus deseos al universo y salvarse a sí mismo. Mucho del esoterismo es,
desde el punto de vista cristiano, superstición y ocultismo.
(Comentario CIC) (C.I.C 2119) La acción de tentar a Dios consiste en poner a prueba, de palabra o de obra, su
bondad y su omnipotencia. Así es como Satán quería conseguir de Jesús que se
arrojara del templo y obligase a Dios, mediante este gesto, a actuar (Cf. Lc 4,
9). Jesús le opone las palabras de Dios: ‘No tentarás al Señor tu Dios’ (Dt 6,
16). El reto que contiene este tentar a Dios lesiona el respeto y la confianza
que debemos a nuestro Creador y Señor. Incluye siempre una duda respecto a su
amor, su providencia y su poder (Cf. 1Co 10, 9; Ex 17, 2-7; Sal 95, 9).
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