sábado, 17 de diciembre de 2016
Comentario CIC al YouCat. Pregunta n. 100.
(Respuesta YouCat) Puesto que Jesús era
verdaderamente hombre, experimentó en el Huerto de los Olivos verdaderamente el
miedo humano ante la muerte.
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 612) El cáliz de la Nueva Alianza que Jesús
anticipó en la Cena al ofrecerse a sí mismo (cf. Lc 22, 20), lo acepta a
continuación de manos del Padre en su agonía de Getsemaní (cf. Mt 26, 42)
haciéndose "obediente hasta la muerte" (Flp 2, 8; cf. Hb 5, 7-8).
Jesús ora: "Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz..."
(Mt 26, 39). Expresa así el horror que representa la muerte para su naturaleza
humana. Esta, en efecto, como la nuestra, está destinada a la vida eterna;
además, a diferencia de la nuestra, está perfectamente exenta de pecado (cf. Hb
4, 15) que es la causa de la muerte (cf. Rm 5, 12); pero sobre todo está
asumida por la persona divina del "Príncipe de la Vida", de "el
que vive" (cf. Hch 3, 15), Viventis
(cf. Ap 1, 18; Jn 1, 4; 5, 26), assumpta.
Al aceptar en su voluntad humana que se haga la voluntad del Padre (cf. Mt 26,
42), acepta su muerte como redentora para "llevar nuestras faltas en su
cuerpo sobre el madero" (1P 2, 24).
Para Meditar
(Comentario YouCat) Con las mismas fuerzas humanas
que tenemos todos nosotros Jesús tuvo que luchar por su asentimiento interior a
la voluntad del Padre de dar su vida para la vida del mundo. En su hora más
difícil, abandonado por todo el mundo e incluso por sus amigos, Jesús se
decidió finalmente por un sí. «Padre mío, si este cáliz no puede pasar sin que
yo lo beba, hágase tu voluntad» (Mt 26,42).
(Comentario CIC) (C.I.C 1009) La muerte fue transformada por Cristo.
Jesús, el Hijo de Dios, sufrió también la muerte, propia de la condición h
umana. Pero, a pesar de su angustia frente a ella (cf. Mc 14, 33-34; Hb 5, 7-8),
la asumió en un acto de sometimiento total y libre a la voluntad del Padre. La
obediencia de Jesús transformó la maldición de la muerte en bendición (cf. Rm
5, 19-21).
(Sigue
la Pregunta: ¿Por qué tuvo Jesús que redimirnos precisamente en la Cruz?)
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