domingo, 26 de junio de 2016
Comentario CIC al YouCat. Pregunta n. 52.
(Respuesta YouCat – repetición) El cielo es
el «medio» de Dios, la morada de los ángeles y los santos y la meta de la
Creación. Con la expresión «cielo y tierra» designamos la totalidad de la
realidad creada.
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 285) Desde sus comienzos,
la fe cristiana se ha visto confrontada a respuestas distintas de las suyas
sobre la cuestión de los orígenes. Así, en las religiones y culturas antiguas
encontramos numerosos mitos referentes a los orígenes. Algunos filósofos han
dicho que todo es Dios, que el mundo es Dios, o que el devenir del mundo es el
devenir de Dios (panteísmo); otros han dicho que el mundo es una emanación
necesaria de Dios, que brota de esta fuente y retorna a ella; otros han
afirmado incluso la existencia de dos principios eternos, el Bien y el Mal, la
Luz y las Tinieblas, en lucha permanente (dualismo, maniqueísmo); según algunas
de estas concepciones, el mundo (al menos el mundo material) sería malo,
producto de una caída, y por tanto que se ha de rechazar y superar (gnosis);
otros admiten que el mundo ha sido hecho por Dios, pero a la manera de un
relojero que, una vez hecho, lo habría abandonado a él mismo (deísmo); otros,
finalmente, no aceptan ningún origen transcendente del mundo, sino que ven en
él el puro juego de una materia que ha existido siempre (materialismo). Todas
estas tentativas dan testimonio de la permanencia y de la universalidad de la
cuestión de los orígenes. Esta búsqueda es inherente al hombre.
Para Meditar
(Comentario YouCat) El cielo no es un lugar en el
universo. Es un estado en el más allá. El cielo está allí donde se cumple la
voluntad de Dios sin ninguna resistencia. El cielo existe cuando se da la vida
en su máxima intensidad y santidad —vida que no se puede encontrar como tal en
la tierra—. Cuando con la ayuda de Dios vayamos algún día al cielo, entonces
nos espera lo «que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo
que Dios ha preparado para los que lo aman» (1 Cor 2,9)
(Comentario CIC)
(C.I.C 327) La
profesión de fe del IV Concilio de Letrán afirma que Dios, "al comienzo
del tiempo, creó a la vez de la nada una y otra criatura, la espiritual y la
corporal, es decir, la angélica y la mundana; luego, la criatura humana, que
participa de las dos realidades, pues está compuesta de espíritu y de
cuerpo" (DS 800; cf. DS 3002 y Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios, 8).
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