jueves, 2 de junio de 2016
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 42. Parte III.
(Respuesta YouCat – repeticion) Sí. La fe
está abierta a los descubrimientos e hipótesis de las ciencias naturales.
Reflecciones y puntos a
profundizar (Comentario
CIC) (C.I.C 286) La inteligencia humana puede
ciertamente encontrar ya una respuesta a la cuestión de los orígenes. En
efecto, la existencia de Dios Creador puede ser conocida con certeza por sus
obras gracias a la luz de la razón humana (Cf. Concilio Vaticano I: DS 3026),
aunque este conocimiento es con frecuencia oscurecido y desfigurado por el
error. Por eso la fe viene a confirmar y a esclarecer la razón para la justa
inteligencia de esta verdad: "Por la fe, sabemos que el universo fue
formado por la palabra de Dios, de manera que lo que se ve resultase de lo que
no aparece" (Hb 11,3).
Para meditar
(Comentario YouCat) La Teología
no tiene competencia científico-natural; las ciencias naturales no tienen
competencia teológica. Las ciencias naturales no pueden excluir de manera
dogmática que en la creación haya procesos orientados a un fin; la fe, por el
contrario, no puede definir cómo se producen estos procesos en el desarrollo de
la naturaleza. Un cristiano puede aceptar la teoría de la evolución como un
modelo explicativo útil, mientras no caiga en la herejía del evolucionismo, que
ve al hombre como un producto casual de procesos biológicos. La evolución
supone que hay algo que puede desarrollarse. Pero con ello no se afirma nada
acerca del origen de ese «algo». Tampoco las preguntas acerca del ser, la
dignidad, la misión, el sentido y el porqué del mundo y de los hombres se
pueden responder biológicamente. Así como el evolucionismo se inclina demasiado
hacia un lado, el creacionismo lo hace hacia el lado contrario. Los
creacionistas toman los datos bíblicos (por ejemplo, la edad de la Tierra, la
creación en seis días) ingenuamente al pie de la letra.
(Comentario CIC) (C.I.C 287) La
verdad en la creación es tan importante para toda la vida humana que Dios, en
su ternura, quiso revelar a su pueblo todo lo que es saludable conocer a este
respecto. Más allá del conocimiento natural que todo hombre puede tener del
Creador (cf. Hch 17,24-29; Rom 1,19-20), Dios reveló progresivamente a Israel
el misterio de la creación. El que eligió a los patriarcas, el que hizo salir a
Israel de Egipto y que, al escoger a Israel, lo creó y formó (cf. Is 43,1), se
revela como aquel a quien pertenecen todos los pueblos de la tierra y la tierra
entera, como el único Dios que "hizo el cielo y la tierra" (Sal
115,15; 124,8; 134,3).
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