sábado, 31 de diciembre de 2016

Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 106.



YOUCAT Pregunta n. 106. – Parte IV. ¿Hay pruebas de la Resurrección de Jesús?


(Respuesta YouCat – repeticion) No hay pruebas de su Resurrección en el sentido de las ciencias positivas. Pero, como hecho histórico y trascendente a la vez, dio lugar a testimonios individuales y colectivos muy poderosos, por parte de un gran número de testigos de los acontecimientos de Jerusalén.  

Reflecciones y puntos a profundizar  (Comentario CIC) (C.I.C 647) "¡Qué noche tan dichosa, canta el Exultet de Pascua, sólo ella conoció el momento en que Cristo resucitó de entre los muertos!". En efecto, nadie fue testigo ocular del acontecimiento mismo de la Resurrección y ningún evangelista lo describe. Nadie puede decir cómo sucedió físicamente. Menos aún, su esencia más íntima, el paso a otra vida, fue perceptible a los sentidos. Acontecimiento histórico demostrable por la señal del sepulcro vacío y por la realidad de los encuentros de los apóstoles con Cristo resucitado, no por ello la Resurrección pertenece menos al centro del Misterio de la fe en aquello que transciende y sobrepasa a la historia. Por eso, Cristo resucitado no se manifiesta al mundo (cf. Jn 14, 22) sino a sus discípulos, "a los que habían subido con él desde Galilea a Jerusalén y que ahora son testigos suyos ante el pueblo" (Hch 13, 31).   

Para meditar   

(Comentario YouCat) El testimonio escrito más antiguo de la Resurrección es una carta que escribió san Pablo a los Corintios aproximadamente veinte años después de la muerte de Cristo: «Porque yo os transmití en primer Lugar, lo que también yo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras; y que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; y que se apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales vive todavía, otros han muerto» (1 Cor 15,3-6). Pablo informa aquí de una tradición viva, que él se encontró en la comunidad primitiva, cuando uno o dos años después de la Muerte y Resurrección de Jesús llegó él mismo a ser cristiano a causa de su propio encuentro deslumbrante con el Señor resucitado. Como primer indicio de la realidad de la Resurrección entendieron los discípulos el hecho de la tumba vacía (Le 24,5-6). Y precisamente fueron mujeres, que según el derecho entonces vigente no eran testigos válidos, las que la descubrieron. Aunque se dice del apóstol Juan, ya ante la tumba vacía, que «vio y creyó» (Jn 20,8b), la certeza de que Jesús estaba vivo sólo se afianzó por medio de gran número de apariciones. La multitud de encuentros con el Resucitado acabaron con la Ascensión de Cristo a los cielos. Sin embargo hubo después y hay hoy encuentros con el Señor resucitado: Cristo vive

(Comentario CIC) (C.I.C 656) La fe en la Resurrección tiene por objeto un acontecimiento a la vez históricamente atestiguado por los discípulos que se encontraron realmente con el Resucitado, y misteriosamente transcendente en cuanto entrada de la humanidad de Cristo en la gloria de Dios. (C.I.C 657) El sepulcro vacío y las vendas en el suelo significan por sí mismas que el cuerpo de Cristo ha escapado por el poder de Dios de las ataduras de la muerte y de la corrupción. Preparan a los discípulos para su encuentro con el Resucitado.     

(Siguiente Pregunta: ¿Volvió Jesús por la Resurrección al estado corporal que tenía durante su vida terrena?)     





FELIZ AÑO NUEVO
 

viernes, 30 de diciembre de 2016

Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 106.



YOUCAT Pregunta n. 106. – Parte III. ¿Hay pruebas de la Resurrección de Jesús?


(Respuesta YouCat – repeticion) No hay pruebas de su Resurrección en el sentido de las ciencias positivas. Pero, como hecho histórico y trascendente a la vez, dio lugar a testimonios individuales y colectivos muy poderosos, por parte de un gran número de testigos de los acontecimientos de Jerusalén.       

Reflecciones y puntos a profundizar  (Comentario CIC) (C.I.C 643) Ante estos testimonios es imposible interpretar la Resurrección de Cristo fuera del orden físico, y no reconocerlo como un hecho histórico. Sabemos por los hechos que la fe de los discípulos fue sometida a la prueba radical de la pasión y de la muerte en cruz de su Maestro, anunciada por Él de antemano (cf. Lc 22, 31-32). La sacudida provocada por la pasión fue tan grande que los discípulos (por lo menos, algunos de ellos) no creyeron tan pronto en la noticia de la resurrección. Los evangelios, lejos de mostrarnos una comunidad arrobada por una exaltación mística, nos presentan a los discípulos abatidos ("la cara sombría": Lc 24, 17) y asustados (cf. Jn 20, 19). Por eso no creyeron a las santas mujeres que regresaban del sepulcro y "sus palabras les parecían como desatinos" (Lc 24, 11; cf. Mc 16, 11. 13). Cuando Jesús se manifiesta a los once en la tarde de Pascua "les echó en cara su incredulidad y su dureza de cabeza por no haber creído a quienes le habían visto resucitado" (Mc 16, 14).      

Para meditar   

(Comentario YouCat) El testimonio escrito más antiguo de la Resurrección es una carta que escribió san Pablo a los Corintios aproximadamente veinte años después de la muerte de Cristo: «Porque yo os transmití en primer Lugar, lo que también yo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras; y que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; y que se apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales vive todavía, otros han muerto» (1 Cor 15,3-6). Pablo informa aquí de una tradición viva, que él se encontró en la comunidad primitiva, cuando uno o dos años después de la Muerte y Resurrección de Jesús llegó él mismo a ser cristiano a causa de su propio encuentro deslumbrante con el Señor resucitado. Como primer indicio de la realidad de la Resurrección entendieron los discípulos el hecho de la tumba vacía (Le 24,5-6). Y precisamente fueron mujeres, que según el derecho entonces vigente no eran testigos válidos, las que la descubrieron. Aunque se dice del apóstol Juan, ya ante la tumba vacía, que «vio y creyó» (Jn 20,8b), la certeza de que Jesús estaba vivo sólo se afianzó por medio de gran número de apariciones. La multitud de encuentros con el Resucitado acabaron con la Ascensión de Cristo a los cielos. Sin embargo hubo después y hay hoy encuentros con el Señor resucitado: Cristo vive

(Comentario CIC) (C.I.C 644) Tan imposible les parece la cosa que, incluso puestos ante la realidad de Jesús resucitado, los discípulos dudan todavía (cf. Lc 24, 38): creen ver un espíritu (cf. Lc 24, 39). "No acaban de creerlo a causa de la alegría y estaban asombrados" (Lc 24, 41). Tomás conocerá la misma prueba de la duda (cf. Jn 20, 24-27) y, en su última aparición en Galilea referida por Mateo, "algunos sin embargo dudaron" (Mt 28, 17). Por esto la hipótesis según la cual la resurrección habría sido un "producto" de la fe (o de la credulidad) de los apóstoles no tiene consistencia. Muy al contrario, su fe en la Resurrección nació - bajo la acción de la gracia divina- de la experiencia directa de la realidad de Jesús resucitado.       

(Continua la Pregunta: ¿Hay pruebas de la Resurrección de Jesús?)  

jueves, 29 de diciembre de 2016

Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 106.



YOUCAT Pregunta n. 106. – Parte II. ¿Hay pruebas de la Resurrección de Jesús?


(Respuesta YouCat – repeticion) No hay pruebas de su Resurrección en el sentido de las ciencias positivas. Pero, como hecho histórico y trascendente a la vez, dio lugar a testimonios individuales y colectivos muy poderosos, por parte de un gran número de testigos de los acontecimientos de Jerusalén.        

Reflecciones y puntos a profundizar  (Comentario CIC) (C.I.C 641) María Magdalena y las santas mujeres, que venían de embalsamar el cuerpo de Jesús (cf. Mc 16,1; Lc 24, 1) enterrado a prisa en la tarde del Viernes Santo por la llegada del Sábado (cf. Jn 19, 31. 42) fueron las primeras en encontrar al Resucitado (cf. Mt 28, 9-10;Jn 20, 11-18). Así las mujeres fueron las primeras mensajeras de la Resurrección de Cristo para los propios Apóstoles (cf. Lc 24, 9-10). Jesús se apareció en seguida a ellos, primero a Pedro, después a los Doce (cf. 1Co 15, 5). Pedro, llamado a confirmar en la fe a sus hermanos (cf. Lc 22, 31-32), ve por tanto al Resucitado antes que los demás y sobre su testimonio es sobre el que la comunidad exclama: "¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!" (Lc 24, 34). 

Para meditar   

(Comentario YouCat) El testimonio escrito más antiguo de la Resurrección es una carta que escribió san Pablo a los Corintios aproximadamente veinte años después de la muerte de Cristo: «Porque yo os transmití en primer Lugar, lo que también yo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras; y que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; y que se apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales vive todavía, otros han muerto» (1 Cor 15,3-6). Pablo informa aquí de una tradición viva, que él se encontró en la comunidad primitiva, cuando uno o dos años después de la Muerte y Resurrección de Jesús llegó él mismo a ser cristiano a causa de su propio encuentro deslumbrante con el Señor resucitado. Como primer indicio de la realidad de la Resurrección entendieron los discípulos el hecho de la tumba vacía (Le 24,5-6). Y precisamente fueron mujeres, que según el derecho entonces vigente no eran testigos válidos, las que la descubrieron. Aunque se dice del apóstol Juan, ya ante la tumba vacía, que «vio y creyó» (Jn 20,8b), la certeza de que Jesús estaba vivo sólo se afianzó por medio de gran número de apariciones. La multitud de encuentros con el Resucitado acabaron con la Ascensión de Cristo a los cielos. Sin embargo hubo después y hay hoy encuentros con el Señor resucitado: Cristo vive. 

(Comentario CIC) (C.I.C 642) Todo lo que sucedió en estas jornadas pascuales compromete a cada uno de los Apóstoles - y a Pedro en particular - en la construcción de la era nueva que comenzó en la mañana de Pascua. Como testigos del Resucitado, los apóstoles son las piedras de fundación de su Iglesia. La fe de la primera comunidad de creyentes se funda en el testimonio de hombres concretos, conocidos de los cristianos y, para la mayoría, viviendo entre ellos todavía. Estos "testigos de la Resurrección de Cristo" (cf. Hch 1, 22) son ante todo Pedro y los Doce, pero no solamente ellos: Pablo habla claramente de más de quinientas personas a las que se apareció Jesús en una sola vez, además de Santiago y de todos los apóstoles (cf. 1Co 15, 4-8).      

(Continua la Pregunta: ¿Hay pruebas de la Resurrección de Jesús?)  

martes, 27 de diciembre de 2016

Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 106.




YOUCAT Pregunta n. 106. – Parte I. ¿Hay pruebas de la Resurrección de Jesús?


(Respuesta YouCat) No hay pruebas de su Resurrección en el sentido de las ciencias positivas. Pero, como hecho histórico y trascendente a la vez, dio lugar a testimonios individuales y colectivos muy poderosos, por parte de un gran número de testigos de los acontecimientos de Jerusalén.      

Reflecciones y puntos a profundizar  (Comentario CIC) (C.I.C 639) El misterio de la resurrección de Cristo es un acontecimiento real que tuvo manifestaciones históricamente comprobadas como lo atestigua el Nuevo Testamento. Ya San Pablo, hacia el año 56, puede escribir a los Corintios: “Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se apareció a Cefas y luego a los Doce” (1Co 15, 3-4). El Apóstol habla aquí de la tradición viva de la Resurrección que recibió después de su conversión a las puertas de Damasco (cf. Hch 9, 3-18).

Para meditar   

(Comentario YouCat) El testimonio escrito más antiguo de la Resurrección es una carta que escribió san Pablo a los Corintios aproximadamente veinte años después de la muerte de Cristo: «Porque yo os transmití en primer Lugar, lo que también yo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras; y que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; y que se apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales vive todavía, otros han muerto» (1 Cor 15,3-6). Pablo informa aquí de una tradición viva, que él se encontró en la comunidad primitiva, cuando uno o dos años después de la Muerte y Resurrección de Jesús llegó él mismo a ser cristiano a causa de su propio encuentro deslumbrante con el Señor resucitado. Como primer indicio de la realidad de la Resurrección entendieron los discípulos el hecho de la tumba vacía (Le 24,5-6). Y precisamente fueron mujeres, que según el derecho entonces vigente no eran testigos válidos, las que la descubrieron. Aunque se dice del apóstol Juan, ya ante la tumba vacía, que «vio y creyó» (Jn 20,8b), la certeza de que Jesús estaba vivo sólo se afianzó por medio de gran número de apariciones. La multitud de encuentros con el Resucitado acabaron con la Ascensión de Cristo a los cielos. Sin embargo hubo después y hay hoy encuentros con el Señor resucitado: Cristo vive. 

(Comentario CIC) (C.I.C 640) "¿Por qué buscar entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado" (Lc 24, 5-6). En el marco de los acontecimientos de Pascua, el primer elemento que se encuentra es el sepulcro vacío. No es en sí una prueba directa. La ausencia del cuerpo de Cristo en el sepulcro podría explicarse de otro modo (cf. Jn 20,13; Mt 28, 11-15). A pesar de eso, el sepulcro vacío ha constituido para todos un signo esencial. Su descubrimiento por los discípulos fue el primer paso para el reconocimiento del hecho de la Resurrección. Es el caso, en primer lugar, de las santas mujeres (cf. Lc 24, 3. 22-23), después de Pedro (cf. Lc 24, 12). "El discípulo que Jesús amaba" (Jn 20, 2) afirma que, al entrar en el sepulcro vacío y al descubrir "las vendas en el suelo"(Jn 20, 6), "vio y creyó" (cf. Jn 20, 8). Eso supone que constató en el estado del sepulcro vacío (cf. Jn 20, 5-7) que la ausencia del cuerpo de Jesús no había podido ser obra humana y que Jesús no había vuelto simplemente a una vida terrenal como había sido el caso de Lázaro (cf. Jn 11, 44).   

(Continua la Pregunta: ¿Hay pruebas de la Resurrección de Jesús?)