jueves, 23 de octubre de 2008

Lc 24, 25-27 ¡Hombres duros de entendimiento!

(Lc 24, 25-27) ¡Hombres duros de entendimiento!
[25] Jesús les dijo: «¡Hombres duros de entendimiento, cómo les cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas! [26] ¿No era necesario que el Mesías soportara esos sufrimientos para entrar en su gloria?». [27] Y comenzando por Moisés y continuando con todos los Profetas, les interpretó en todas las Escrituras lo que se refería a él.
(C.I.C 601) Este designio divino de salvación a través de la muerte del "Siervo, el Justo" (Cf. Is 53, 11; Hch 3, 14) había sido anunciado antes en la Escritura como un misterio de redención universal, es decir, de rescate que libera a los hombres de la esclavitud del pecado (cf. Is 53, 11-12; Jn 8, 34-36). S. Pablo profesa en una confesión de fe que asegura haber "recibido" (1Co 15, 3) que "Cristo ha muerto por nuestros pecados según las Escrituras" (1Co 15, 3: cf. también Hch 3, 18; 7, 52; 13, 29; 26, 22-23). La muerte redentora de Jesús cumple, en particular, la profecía del Siervo doliente (cf. Is 53, 7-8; Hch 8, 32-35). Jesús mismo presentó el sentido de su vida y de su muerte a la luz del Siervo doliente (cf. Mt 20, 28). Después de su Resurrección dio esta interpretación de las Escrituras a los discípulos de Emaús (cf. Lc 24, 25-27), luego a los propios apóstoles (cf. Lc 24, 44-45).

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