sábado, 30 de abril de 2016
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 34.
(Respuesta YouCat) Cuando se ha conocido a
Dios hay que ponerlo en el primer lugar de la vida. Con ello comienza una nueva
vida. A los cristianos se les debe conocer porque aman incluso a sus enemigos.
Reflecciones y puntos a
profundizar (Comentario
CIC) (C.I.C 222) Creer en Dios, el Unico, y amarlo
con todo el ser tiene consecuencias inmensas para toda nuestra vida. (C.I.C
223) Es reconocer la grandeza y la majestad de
Dios: "Sí, Dios es tan grande que supera nuestra ciencia" (Jb
36,26). Por esto Dios debe ser "el primer servido" (Santa Juana de
Arco, Dictum: Procés de condamnation). (C.I.C 224) Es vivir en acción de gracias: Si Dios es el
Unico, todo lo que somos y todo lo que poseemos vienen de Él: "¿Qué tienes
que no hayas recibido?" (1Co 4,7). "¿Cómo pagaré al Señor todo el
bien que me ha hecho?" (Sal 116,12). (C.I.C 225) Es reconocer la unidad y la verdadera dignidad de
todos los hombres: Todos han sido hechos "a imagen y semejanza de
Dios" (Gn 1,26).
Para meditar
(Comentario YouCat) Conocer a
Dios significa que quien me ha creado y me ha querido, quien me mira con amor a
cada segundo, quien bendice y sostiene mi vida, quien tiene en su mano el mundo
y las personas que amo, quien me espera ardientemente, quien quiere llenarme y
perfeccionarme y hacerme vivir eternamente con él, está aquí. No basta con
asentir con la cabeza. Los cristianos deben asumir el estilo de vida de Jesús.
(Comentario CIC) (C.I.C 226) Es
usar bien de las cosas creadas: La fe en Dios, el Único, nos lleva a usar
de todo lo que no es Él en la medida en que nos acerca a Él, y a separarnos de
ello en la medida en que nos aparta de Él (cf. Mt 5,29-30; 16, 24; 19,23-24): “¡Señor mío y Dios mío, quítame todo lo que me aleja de ti! ¡Señor mío y Dios mío, dame todo lo que me acerca a ti! ¡Señor mío y Dios mío, despójame de mi mismo para darme todo
a ti« (san Nicolás de Flüe, Bruder-Klausen-Gebet). (C.I.C 227) Es confiar en Dios en todas las circunstancias,
incluso en la adversidad. Una oración de Santa Teresa de Jesús lo expresa
admirablemente: Nada te turbe / Nada te espante Todo se pasa / Dios no se muda,
La paciencia todo lo alcanza / Quien a Dios tiene / Nada le falta / Sólo Dios
basta (Santa Teresa de Jesús, Poesía, 9).
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