lunes, 4 de abril de 2016
Comentario CIC al YouCat. Pregunta n. 19.
(Respuesta YouCat) La Iglesia saca su vida
y su fuerza de la Sagrada Escritura.
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 103) Por esta razón, la
Iglesia ha venerado siempre las divinas Escrituras como venera también el
Cuerpo del Señor. No cesa de presentar a los fieles el Pan de vida que se
distribuye en la mesa de la Palabra de Dios y del Cuerpo de Cristo (cf. Dei
verbum, 21). (C.I.C 104) En la Sagrada
Escritura, la Iglesia encuentra sin cesar su alimento y su fuerza (cf. Dei
verbum, 24), porque, en ella, no recibe solamente una palabra humana, sino
lo que es realmente: la Palabra de Dios (cf. 1Ts 2,13). "En los libros
sagrados, el Padre que está en el cielo sale amorosamente al encuentro de sus
hijos para conversar con ellos" (Dei verbum, 21). (C.I.C 141) "La Iglesia siempre ha venerado la Sagrada
Escritura, como lo ha hecho con el Cuerpo de Cristo" (Dei verbum,
21): aquellas y éste alimentan y rigen toda la vida cristiana. "Para mis
pies antorcha es tu palabra, luz para mi sendero" (Sal 119,105; Is 50,4).
Para meditar
(Comentario YouCat) Con La excepción de la
presencia de Cristo en la sagrada Eucaristía, no hay nada que la Iglesia venere
más reverentemente que la presencia de Cristo en la Sagrada Escritura. En la Santa
Misa acogemos en pie el Evangelio, porque en las palabras humanas que
escuchamos es Dios mismo quien nos habla.
(Comentario CIC) (C.I.C 131) "Es tan grande el poder y la fuerza de la palabra
de Dios, que constituye sustento y vigor para la Iglesia, firmeza de fe para
sus hijos, alimento del alma, fuente límpida y perenne de vida espiritual"
(Dei verbum, 21). "Los fieles han de tener fácil acceso a la
Sagrada Escritura" (Dei verbum, 22). (C.I.C 132) "La sagrada Escritura debe ser como el alma de la
sagrada teología. El ministerio de la palabra, que incluye la predicación
pastoral, la catequesis, toda la instrucción cristiana y en puesto
privilegiado, la homilía, recibe de la palabra de la Escritura alimento
saludable y por ella da frutos de santidad" (Dei verbum, 24). (C.I.C
133) La Iglesia "recomienda de modo speciale e
insistentemente a todos los fieles [...] la lectura asidua de las divinas
Escrituras para que adquieran 'la ciencia suprema de Jesucristo' (Flp 3,8),
'pues desconocer la Escritura es desconocer a Cristo' (Dei verbum,
25; cf. San Jerónimo, Commentarii in Isaiam, Prologo: PL 24, 17). (C.I.C
128) La Iglesia, ya en los tiempos apostólicos (cf.
1Cor 10,6.11; Hb 10,1; 1Pe 3,21), y después constantemente en su tradición,
esclareció la unidad del plan divino en los dos Testamentos gracias a la tipología.
Esta reconoce en las obras de Dios en la Antigua Alianza prefiguraciones de lo
que Dios realizó en la plenitud de los tiempos en la persona de su Hijo
encarnado.[Fin]
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