domingo, 10 de abril de 2016
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 21. Parte IV.
(Respuesta YouCat – repeticion) La fe
es saber y confiar. Tiene siete rasgos: • La fe es un puro don de Dios, que
recibimos, si lo pedimos ardientemente. • La fe es la fuerza sobrenatural que
nos es necesaria para obtener la salvación. • La fe exige la voluntad libre y
el entendimiento lúcido del hombre cuando acepta la invitación divina. • La fe
es absolutamente cierta, porque tiene la garantía de Jesús. • La fe es
incompleta mientras no sea efectiva en el amor. • La fe aumenta si escuchamos
con más atención la voz de Dios y mediante la oración estamos en un intercambio
vivo con él. • La fe nos permite ya ahora gustar por adelantado la alegría del
cielo.
Reflecciones y puntos a
profundizar (Comentario
CIC) (C.I.C 159) Fe y ciencia. "A pesar
de que la fe esté por encima de la razón, jamás puede haber contradicción entre
ellas. Puesto que el mismo Dios que revela los misterios e infunde la fe otorga
al espíritu humano la luz de la razón, Dios no puede negarse a sí mismo ni lo
verdadero contradecir jamás a lo verdadero" (Concilio Vaticano I: DS
3017). "Por eso, la investigación metódica en todas las disciplinas, si se
procede de un modo realmente científico y según las normas morales, nuca estará
realmente en oposición con la fe, porque las realidades profanas y las
realidades de fe tienen su origen en el mismo Dios. Más aún, quien con espíritu
humilde y ánimo constante se esfuerza por escrutar lo escondido de las cosas,
aun sin saberlo, está como guiado por la mano de Dios, que, sosteniendo todas
las cosas, hace que sean lo que son" (Gaudium et spes, 36,2). (C.I.C 163) La fe
nos hace gustar de antemano el gozo y la luz de la visión beatífica, fin de
nuestro caminar aquí abajo. Entonces veremos a Dios "cara a cara"
(1Cor 13, 12), "tal cual es" (1Jn 3,2). La fe es pues ya el comienzo
de la vida eterna: “Mientras que ahora contemplamos las bendiciones de la fe
como el reflejo en un espejo, es como si poseyésemos ya las cosas maravillosas
de las que nuestra fe nos asegura que gozaremos un día” (San Basilio Magno, Liber
de Spiritu Sancto, 15, 36: PG 32, 132; cf. Santo Tomás de Aquino, Summa
theologiae, 2-2, 4, 1).
Para meditar
(Comentario YouCat) Muchos
dicen que creer les parece poco, que quieren saber. Pero la palabra «creer»
tiene dos significados diferentes: cuando un paracaidista pregunta al empleado
del aeropuerto: «¿Está bien preparado el paracaídas?», y aquél le responde,
indiferente: «Creo que sí», no será suficiente para él; esto quiere saberlo
seguro. Pero si ha pedido a un amigo que le prepare el paracaídas, éste le
contestará a la misma pregunta: «Sí, lo he hecho personalmente. ¡Puedes confiar
en mí!». Y el paracaidista replicará: «Te creo». Esta fe es mucho más que
saber: es certeza. Y ésta es la fe que hizo partir a Abraham a la tierra
prometida, ésta es la fe que hizo que los Mártires perseveraran hasta la
muerte, ésta es la fe que aún hoy mantiene en pie a los cristianos perseguidos.
Una fe que afecta a todo el hombre.
(Comentario CIC) (C.I.C 160)
"El hombre, al creer, debe responder voluntariamente a Dios; nadie debe
estar obligado contra su voluntad a abrazar la fe. En efecto, el acto de fe es
voluntario por su propia naturaleza" (Dignitatis humanae, 10; cf.
CIC canon 748, 2). "Ciertamente, Dios llama a los hombres a servirle en
espíritu y en verdad. Por ello, quedan vinculados en conciencia, pero no
coaccionados […] Esto se hizo patente, sobre todo, en Cristo Jesús" (Dignitatis
humanae, 11). En efecto, Cristo invitó a la fe y a la conversión, Él no
forzó jamás a nadie jamás. "Dio testimonio de la verdad, pero no quiso
imponerla por la fuerza a los que le contradecían. Pues su reino [...] crece
por el amor con que Cristo, exaltado en la cruz, atrae a los hombres hacia
Él" (Dignitatis humanae, 11).
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