miércoles, 13 de abril de 2016
Comentario CIC al YouCat. Pregunta n. 23.
(Respuesta YouCat) No hay una contradicción
irresoluble entre fe y ciencia, porque no puede haber dos verdades.
Reflecciones y puntos a
profundizar (Comentario
CIC) (C.I.C 159) Fe y ciencia. "A pesar
de que la fe esté por encima de la razón, jamás puede haber contradicción entre
ellas. Puesto que el mismo Dios que revela los misterios e infunde la fe otorga
al espíritu humano la luz de la razón, Dios no puede negarse a sí mismo ni lo
verdadero contradecir jamás a lo verdadero" (Concilio Vaticano I: DS
3017). "Por eso, la investigación metódica en todas las disciplinas, si se
procede de un modo realmente científico y según las normas morales, nuca estará
realmente en oposición con la fe, porque las realidades profanas y las realidades
de fe tienen su origen en el mismo Dios. Más aún, quien con espíritu humilde y
ánimo constante se esfuerza por escrutar lo escondido de las cosas, aun sin
saberlo, está como guiado por la mano de Dios, que, sosteniendo todas las
cosas, hace que sean lo que son" (Gaudium et spes, 36,2).
Para meditar
(Comentario YouCat) No existe
una verdad de La fe que pudiera estar en conflicto con una verdad de la
ciencia. Sólo hay una verdad, a la que se refieren tanto la fe como la razón
científica. Dios ha querido tanto la razón, mediante la cual podemos conocer
las estructuras razonables del mundo, como ha querido la fe. Por eso la fe
cristiana fomenta y potencia las ciencias (naturales). La fe existe para que
podamos conocer cosas que, aunque no son contrarias a la razón, sin embargo son
reales más allá de la razón. La fe recuerda a la ciencia que no debe ponerse en
el lugar de Dios y que tiene que servir a la creación. La ciencia debe respetar
la dignidad humana en lugar de atacarla.
(Comentario CIC) (C.I.C 283) La cuestión
sobre los orígenes del mundo y del hombre es objeto de numerosas
investigaciones científicas que han enriquecido magníficamente nuestros
conocimientos sobre la edad y las dimensiones del cosmos, el devenir de las
formas vivientes, la aparición del hombre. Estos descubrimientos nos invitan a
admirar más la grandeza del Creador, a darle gracias por todas sus obras y por
la inteligencia y la sabiduría que da a los sabios e investigadores. Con
Salomón, estos pueden decir: "Fue él quien me concedió el conocimiento
verdadero de cuanto existe, quien me dio a conocer la estructura del mundo y
las propiedades de los elementos [...] porque la que todo lo hizo, la
Sabiduría, me lo enseñó" (Sb 7,17-21).
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