sábado, 13 de diciembre de 2008

Jn 8, 45-49 El que es de Dios escucha las palabras

(Jn 8, 45-49) El que es de Dios escucha las palabras
[45] Pero a mí no me creen, porque les digo la verdad. [46] ¿Quién de ustedes probará que tengo pecado? Y si les digo la verdad, ¿por qué no me creen? [47] El que es de Dios escucha las palabras de Dios; si ustedes no las escuchan, es porque no son de Dios». [48] Los judíos le replicaron: «¿No tenemos razón al decir que eres un samaritano y que estás endemoniado?». Jesús respondió: [49] «Yo no estoy endemoniado, sino que honro a mi Padre, y ustedes me deshonran a mí.
(C.I.C 2482) ‘La mentira consiste en decir falsedad con intención de engañar’ (San Agustín, De mendacio, 4, 5: PL 40, 491). El Señor denuncia en la mentira una obra diabólica: ‘Vuestro padre es el diablo [...] porque no hay verdad en él; cuando dice la mentira, dice lo que le sale de dentro, porque es mentiroso y padre de la mentira’ (Jn 8, 44). (C.I.C 2852) "Homicida […] desde el principio […] mentiroso […] y padre de la mentira" (Jn 8, 44), "Satanás, el seductor del mundo entero" (Ap 12, 9), es aquél por medio del cual el pecado y la muerte entraron en el mundo y, por cuya definitiva derrota, toda la creación entera será "liberada del pecado y de la muerte" (Plegaria Eucarística IV, 123: Misal Romano). "Sabemos que todo el que ha nacido de Dios no peca, sino que el Engendrado de Dios le guarda y el Maligno no llega a tocarle. Sabemos que somos de Dios y que el mundo entero yace en poder del Maligno" (1Jn 5, 18-19): “El Señor que ha borrado vuestro pecado y perdonado vuestras faltas también os protege y os guarda contra las astucias del diablo que os combate para que el enemigo, que tiene la costumbre de engendrar la falta, no os sorprenda. Quien confía en Dios, no tema al demonio. "Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?" (Rm 8, 31) (San Ambrosio, De sacramentis, 5, 30: PL 16, 454).

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