martes, 25 de julio de 2017
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 166.
(Respuesta YouCat) Ya el pueblo de Israel interrumpía el
trabajo «siete veces al día» (Sal 119,164) para alabar a Dios. Jesús participó
en el culto y la oración de su pueblo; enseñó a orar a sus discípulos y los
reunió en el Cenáculo para celebrar con ellos el mayor culto de todos: su
propia entrega en la Eucaristía. La Iglesia, que convoca al culto, sigue su
mandato: «Haced esto en memoria mía» (1 Cor 11,24b).
Reflecciones y
puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 1066) En el
Símbolo de la fe, la Iglesia confiesa el misterio de la Santísima Trinidad y su
"designio benevolente" (Ef 1,9) sobre toda la creación: El Padre
realiza el "misterio de su voluntad" dando a su Hijo Amado y al
Espíritu Santo para la salvación del mundo y para la gloria de su Nombre. Tal
es el Misterio de Cristo (cf. Ef 3,4), revelado y realizado en la historia
según un plan, una "disposición" sabiamente ordenada que San Pablo llama "la Economía del Misterio" (Ef 3,9)
y que la tradición patrística llamará "la Economía del Verbo
encarnado" o "la Economía de la salvación".
Para meditar
(Comentario YouCat) Así como
el hombre respira para mantenerse vivo, del mismo modo respira y vive la
Iglesia mediante la celebración del culto divino. Es Dios mismo quien le
infunde diariamente nueva vida y la enriquece mediante su Palabra y sus
-sacramentos. Se puede usar también otra imagen: Cada acto de culto es como una
cita de amor, que Dios escribe en nuestra agenda. Quien ya ha experimentado el
amor de Dios, acude con ganas a la cita. Quien a veces no siente nada y, sin
embargo, acude, muestra a Dios su fidelidad.
(Comentario CIC) (C.I.C 1067)
"Cristo el Señor realizó esta obra de la redención humana y de la perfecta
glorificación de Dios, preparada por las maravillas que Dios hizo en el pueblo
de la Antigua Alianza, principalmente por el misterio pascual de su
bienaventurada pasión, de su resurrección de entre los muertos y de su gloriosa
ascensión. Por este misterio, ‘con su muerte destruyó nuestra muerte y con su
resurrección restauró nuestra vida’. Pues del costado de Cristo dormido en la
cruz nació el sacramento admirable de toda la Iglesia" (Sacrosanctum Concilium, 5). Por eso, en la liturgia, la Iglesia celebra
principalmente el misterio pascual por el que Cristo realizó la obra de nuestra
salvación.
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