lunes, 10 de julio de 2017
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 159.
(Respuesta YouCat) El purgatorio, a menudo imaginado
como un lugar, es más bien un estado. Quien muere en gracia de Dios (por tanto,
en paz con Dios y los hombres), pero necesita aún purificación antes de poder
ver a Dios cara a cara, ése está en el purgatorio.
Reflecciones y
puntos a profundizar
(C.I.C 1031) La Iglesia llama purgatorio
a esta purificación final de los elegidos que es completamente distinta del
castigo de los condenados. La Iglesia ha formulado la doctrina de la fe
relativa al purgatorio sobre todo en los Concilios de Florencia (cf. DS 1304) y
de Trento (cf. DS 1820: 1580). La tradición de la Iglesia, haciendo referencia
a ciertos textos de la Escritura (por ejemplo 1Co 3, 15; 1Pe 1, 7) habla de un
fuego purificador: “Respecto a ciertas faltas ligeras, es necesario creer que,
antes del juicio, existe un fuego purificador, según lo que afirma Aquél que es
la Verdad, al decir que si alguno ha pronunciado una blasfemia contra el
Espíritu Santo, esto no le será perdonado ni en este siglo, ni en el futuro (Mt
12, 31). En esta frase podemos entender que algunas faltas pueden ser
perdonadas en este siglo, pero otras en el siglo futuro” (San Gregorio Magno,
Dialogi 4, 41, 3: PL 77, 396).
Para meditar
(Comentario YouCat) Cuando
Pedro traicionó a Jesús, el Señor se volvió y miró a Pedro: «Y Pedro salió
fuera y lloró amargamente ». Éste es un sentimiento como el del purgatorio. Y
un purgatorio así nos espera probablemente a la mayoría de nosotros en el
momento de nuestra muerte: el Señor nos mira lleno de amor, y nosotros
experimentamos una vergüenza ardiente y un arrepentimiento doloroso por nuestro
comportamiento malvado o quizás «sólo» carente de amor. Sólo después de este
dolor purificador seremos capaces de contemplar su mirada amorosa en la alegría
celestial perfecta.
(Comentario CIC) (Comentario CIC) (C.I.C 1030) Los que
mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados,
aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una
purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría
del cielo.
(Siguiente
Pregunta: ¿Podemos
ayudar a los difuntos que se encuentran en el estado del purgatorio?)
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