martes, 11 de julio de 2017

Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 160.



YOUCAT Pregunta n. - 160 ¿Podemos ayudar a los difuntos que se encuentran en el estado del purgatorio?


(Respuesta YouCat) Sí. Puesto que todos los bautizados forman una comunión y están unidos entre sí, los vivos pueden ayudar a las almas de los difuntos que están en el purgatorio. 

Reflecciones y puntos a profundizar  (Comentario CIC) (Comentario CIC) (C.I.C 1030) Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo. 

Para meditar   

(Comentario YouCat) Una vez que el hombre ha muerto, ya no puede hacer nada para sí mismo. El tiempo de la prueba activa se ha terminado. Pero nosotros podemos hacer algo por los difuntos que están en el purgatorio. Nuestro amor alcanza el más allá. Por medio de nuestros ayunos, oraciones y buenas obras, y especialmente por la celebración de la Sagrada Eucaristía, podemos pedir gracia para los difuntos.   

(Comentario CIC) (C.I.C 1032) Esta enseñanza se apoya también en la práctica de la oración por los difuntos, de la que ya habla la Escritura: "Por eso mandó [Judas Macabeo] hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberados del pecado" (2M 12, 46). Desde los primeros tiempos, la Iglesia ha honrado la memoria de los difuntos y ha ofrecido sufragios en su favor, en particular el sacrificio eucarístico (cf. II Concilio de Lyon: DS 856), para que, una vez purificados, puedan llegar a la visión beatífica de Dios. La Iglesia también recomienda las limosnas, las indulgencias y las obras de penitencia en favor de los difuntos: “Llevémosles socorros y hagamos su conmemoración. Si los hijos de Job fueron purificados por el sacrificio de su Padre (cf. Jb 1, 5), ¿por qué habríamos de dudar de que nuestras ofrendas por los muertos les lleven un cierto consuelo? […] No dudemos, pues, en socorrer a los que han partido y en ofrecer nuestras plegarias por ellos” (San Juan Crisóstomo, In epistulam I ad Corinthios homilia 41, 5: PG 61, 361).     
 
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