domingo, 23 de julio de 2017
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 165.
(Respuesta YouCat) Decimos Amén - es decir, sí - al
confesar nuestra fe porque Dios nos llama como testigos de la fe. Quien dice
Amén, asiente con alegría y libremente a la acción de Dios en la Creación y en
la Salvación.
Reflecciones y
puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 1061) El Credo,
como el último libro de la Sagrada Escritura (cf. Ap 22, 21), se termina con la
palabra hebrea Amen. Se encuentra
también frecuentemente al final de las oraciones del Nuevo Testamento.
Igualmente, la Iglesia termina sus oraciones con un Amén. (C.I.C 1062) En hebreo, Amen pertenece a la misma raíz que la
palabra "creer". Esta raíz expresa la solidez, la fiabilidad, la
fidelidad. Así se comprende por qué el Amén
puede expresar tanto la fidelidad de Dios hacia nosotros como nuestra confianza
en Él.
Para meditar
(Comentario YouCat) La palabra
hebrea «Amén» procede de una familia de palabras que significan tanto «fe» como
«solidez, fiabilidad, fidelidad». «Quien dice Amén pone su firma» (san
Agustín). Este sí incondicional lo podemos pronunciar únicamente porque Jesús
se ha revelado para nosotros en su Muerte y Resurrección como fiel y digno de
confianza. Él mismo es el «Amén» humano a todas las promesas de Dios, así como
el «Amén» definitivo de Dios para nosotros.
(Comentario CIC) (C.I.C 1063) En
el profeta Isaías se encuentra la expresión "Dios de verdad",
literalmente "Dios del Amén", es decir, el Dios fiel a sus promesas:
"Quien desee ser bendecido en la tierra, deseará serlo en el Dios del
Amén" (Is 65, 16). Nuestro Señor emplea con frecuencia el término
"Amén" (cf. Mt 6, 2.5.16), a veces en forma duplicada (cf. Jn 5, 19),
para subrayar la fiabilidad de su enseñanza, su Autoridad fundada en la Verdad
de Dios.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario