miércoles, 12 de julio de 2017
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 161.
(Respuesta YouCat) El infierno es el estado de la
separación eterna de Dios, la ausencia absoluta de amor.
Reflecciones y
puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 1033) Salvo que
elijamos libremente amarle no podemos estar unidos con Dios. Pero no podemos
amar a Dios si pecamos gravemente contra Él, contra nuestro prójimo o contra
nosotros mismos: "Quien no ama permanece en la muerte. Todo el que
aborrece a su hermano es un asesino; y sabéis que ningún asesino tiene vida
eterna permanente en él" (1Jn 3, 15). Nuestro Señor nos advierte que
estaremos separados de Él si omitimos socorrer las necesidades graves de los
pobres y de los pequeños que son sus hermanos (cf. Mt 25, 31-46). Morir en
pecado mortal sin estar arrepentido ni acoger el amor misericordioso de Dios,
significa permanecer separados de Él para siempre por nuestra propia y libre
elección. Este estado de autoexclusión definitiva de la comunión con Dios y con
los bienaventurados es lo que se designa con la palabra
"infierno".
Para meditar
(Comentario YouCat) Quien
muere conscientemente y por propia voluntad en pecado mortal, sin arrepentirse
y rechazando para siempre el amor misericordioso y lleno de perdón, se excluye
a sí mismo de la comunión con Dios y con los bienaventurados. Si hay alguien
que en el momento de la muerte pueda de hecho mirar al amor absoluto a la cara
y seguir diciendo no, no lo sabemos. Pero nuestra libertad hace posible esta
decisión. Jesús nos alerta constantemente del riesgo de separarnos
definitivamente de él, cuando nos cerramos a la necesidad desús hermanos y
hermanas: «Apartaos de mí, malditos [...] lo que no hicisteis con uno de éstos,
los más pequeños, tampoco lo hicisteis conmigo» (Mt 25,41.45)
(Comentario CIC) (C.I.C 1034)
Jesús habla con frecuencia de la "gehenna" y del "fuego que
nunca se apaga" (cf. Mt 5,22.29; 13,42.50; Mc 9,43-48) reservado a los
que, hasta el fin de su vida rehusan creer y convertirse, y donde se puede
perder a la vez el alma y el cuerpo (cf. Mt 10, 28). Jesús anuncia en términos
graves que "enviará a sus ángeles
[…] que recogerán a todos los autores de iniquidad, y los arrojarán al
horno ardiendo" (Mt 13, 41-42), y que pronunciará la condenación:" ¡Alejaos
de mí malditos al fuego eterno!" (Mt 25, 41).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario