miércoles, 25 de enero de 2017
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 115.
(Respuesta YouCat – repeticion) El Espíritu
Santo desciende sobre Jesús en forma de paloma. Los primeros cristianos
experimentaron el Espíritu Santo como una unción sanadora, agua viva, viento
impetuoso o fuego llameante. Jesucristo mismo habla de él como ayuda,
consolador, maestro y espíritu de la verdad. En los Sacramentos de la Iglesia
se otorga el Espíritu mediante la imposición de las manos y la unción con óleo.
Reflecciones
y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C
683a) "Nadie puede decir: "¡Jesús es Señor!" sino por influjo
del Espíritu Santo" (1Co 12, 3). "Dios ha enviado a nuestros
corazones el Espíritu de su Hijo que clama ¡Abbá,
Padre!" (Ga 4, 6). Este conocimiento de fe no es posible sino en el
Espíritu Santo. Para entrar en contacto con Cristo, es necesario primeramente
haber sido atraído por el Espíritu Santo. Él
es quien nos precede y despierta en nosotros la fe. Mediante el Bautismo,
primer sacramento de la fe, la Vida, que tiene su fuente en el Padre y se nos
ofrece por el Hijo, se nos comunica íntima y personalmente por el Espíritu
Santo en la Iglesia:
Para
meditar
(Comentario
YouCat) La paz que Dios estableció con Los
hombres después del diluvio se anunció a Noé por La aparición de una paloma.
También la antigüedad pagana conocía La paloma como símbolo del amor. De este
modo los primeros cristianos comprendieron rápidamente por qué el Espíritu
Santo, el amor de Dios hecho persona, descendió sobre Jesús en forma de paloma,
cuando se hizo bautizar en el Jordán. Hoy en día la paloma es el signo de la
paz conocido en todo el mundo y uno de Los grandes símbolos de la
reconciliación de los hombres con Dios (cf. Gen 8,10-11).
(Comentario CIC) (C.I.C 683b) El Bautismo “nos da
la gracia del nuevo nacimiento en Dios Padre por medio de su Hijo en el
Espíritu Santo. Porque los que son portadores del Espíritu de Dios son
conducidos al Verbo, es decir al Hijo; pero el Hijo los presenta al Padre, y el
Padre les concede la incorruptibilidad. Por tanto, sin el Espíritu no es
posible ver al Hijo de Dios, y, sin el Hijo, nadie puede acercarse al Padre,
porque el conocimiento del Padre es el Hijo, y el conocimiento del Hijo de Dios
se logra por el Espíritu Santo” (San Ireneo de Lyon, Demonstratio praedicationis apostolicae, 7).
(Siguiente Pregunta: ¿Qué quiere decir que el Espíritu Santo «habló por los
profetas»?)
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