sábado, 7 de enero de 2017
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 110.
(Respuesta YouCat – repeticion) Jesucristo
es Señor del mundo y Señor de la historia porque todo fue creado para él. Todos
los hombres han sido salvados por él y serán juzgados por él.
Reflecciones
y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 671) El Reino de Cristo,
presente ya en su Iglesia, sin embargo, no está todavía acabado "con gran
poder y gloria" (Lc 21, 27; cf. Mt 25, 31) con el advenimiento del Rey a
la tierra. Este Reino aún es objeto de los ataques de los poderes del mal (cf.
2Te 2, 7) a pesar de que estos poderes hayan sido vencidos en su raíz por la
Pascua de Cristo. Hasta que todo le haya sido sometido (cf. 1Co 15, 28), y
"mientras no […] haya nuevos cielos y nueva tierra, en los que habite la
justicia, la Iglesia peregrina lleva en sus sacramentos e instituciones, que
pertenecen a este tiempo, la imagen de este mundo que pasa. Ella misma vive
entre las criaturas que gimen en dolores de parto hasta ahora y que esperan la
manifestación de los hijos de Dios" (Lumen
gentium, 48). Por esta razón los cristianos piden, sobre todo en la
Eucaristía (cf. 1Co 11, 26), que se apresure el retorno de Cristo (cf. 2P 3,
11-12) cuando suplican: "Ven, Señor Jesús" (Ap 22, 20; cf. 1Co 16,
22; Ap 22, 17).
Para
meditar
(Comentario
YouCat) Él está sobre nosotros como el único
ante quien doblamos la rodilla en adoración; está junto a nosotros como Cabeza
de su Iglesia, en la que comienza ya ahora el reino de Dios; va por delante de
nosotros como Señor de la historia, en quien los poderes de las tinieblas serán
definitivamente derrotados y los destinos del mundo se cumplirán según el plan
de Dios; sale a nuestro encuentro en gloria, en un día que no conocemos, para
renovar y llevar a consumación el mundo. Su cercanía se puede experimentar
sobre todo en la Palabra de Dios, en la recepción de los sacramentos, en la
atención a los pobres y allí «donde dos o tres están reunidos en mi nombre»
(según Mt 18,20).
(Comentario
CIC) (C.I.C 673) Desde la Ascensión, el advenimiento
de Cristo en la gloria es inminente (cf. Ap 22, 20) aun cuando a nosotros no
nos "toca conocer el tiempo y el momento que ha fijado el Padre con su
autoridad" (Hch 1, 7; cf. Mc 13, 32). Este acontecimiento escatológico se
puede cumplir en cualquier momento (cf. Mt 24, 44: 1Ts 5, 2), aunque tal hecho
y la prueba final que le ha de preceder estén "retenidos" en las
manos de Dios (cf. 2Ts 2, 3-12).
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