viernes, 29 de enero de 2016
588. ¿Qué significa «Santificado sea tu Nombre»? (Primera parte)
(Compendio
588) Santificar el Nombre de Dios es, ante todo, una alabanza que reconoce a
Dios como Santo. En efecto, Dios ha revelado su santo Nombre a Moisés, y ha
querido que su pueblo le fuese consagrado como una nación santa en la que Él
habita.
Resumen
(C.I.C 2858) Al
pedir: "Santificado sea tu Nombre" entramos en el plan de Dios, la
santificación de su Nombre - revelado a Moisés, después en Jesús - por nosotros
y en nosotros, lo mismo que en toda nación y en cada hombre.
Profundizar y modos
de explicaciones
(C.I.C 2807 El
término "santificar" debe entenderse aquí, en primer lugar, no en su
sentido causativo (solo Dios santifica, hace santo) sino sobre todo en un
sentido estimativo: reconocer como santo, tratar de una manera santa. Así es
como, en la adoración, esta invocación se entiende a veces como una alabanza y
una acción de gracias (cf. Sal 111, 9; Lc 1, 49). Pero esta petición es
enseñada por Jesús como algo a desear profundamente y como proyecto en que Dios
y el hombre se comprometen. Desde la primera petición a nuestro Padre, estamos
sumergidos en el misterio íntimo de su Divinidad y en el drama de la salvación
de nuestra humanidad. Pedirle que su Nombre sea santificado nos implica en
"el benévolo designio que él se propuso de antemano (Ef 1, 9) para que
nosotros seamos "santos e inmaculados en su presencia, en el amor"
(Ef 1, 4).
Para la reflexión
(C.I.C 2808) En
los momentos decisivos de su Economía, Dios revela su Nombre, pero lo revela
realizando su obra. Esta obra no se realiza para nosotros y en nosotros más que
si su Nombre es santificado por nosotros y en nosotros. (Continua)
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