miércoles, 13 de enero de 2016
579. ¿Qué lugar ocupa el Padre nuestro en las Escrituras?
(Compendio
579) El Padre nuestro es «el resumen de todo el Evangelio» (Tertuliano); «es la
más perfecta de todas las oraciones» (Santo Tomás de Aquino). Situado en el
centro del Sermón de la Montaña (Mt 5-7), recoge en forma de oración el
contenido esencial del Evangelio.
Resumen
(C.I.C 2774) La
oración dominical es, en verdad, el resumen de todo el Evangelio (Tertuliano, De oratione, 1, 6: PL 1, 1255), "la
más perfecta de las oraciones" (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, 2-2, 83, 9). Es el
corazón de las Sagradas Escrituras.
Profundizar y modos
de explicaciones
(C.I.C 2761)
"La oración del Señor o dominical es, en verdad el resumen de todo el
Evangelio" (Tertuliano, De oratione,
1, 6: PL 1, 1255). "Cuando el Señor hubo legado esta fórmula de oración,
añadió: 'Pedid y se os dará' (Jn
16,24). Por tanto, cada uno puede dirigir al cielo diversas oraciones según sus
necesidades, pero comenzando siempre por la oración del Señor que sigue siendo
la oración fundamental" (Tertuliano, De
oratione, 10; PL 1, 1268-1269). (C.I.C 2762) Después de haber expuesto cómo
los salmos son el alimento principal de la oración cristiana y confluyen en las
peticiones del Padre Nuestro, San Agustín concluye: “Recorred todas las
oraciones que hay en las Escrituras, y no creo que podáis encontrar algo que no
esté incluido en la oración dominical” (San Agustín, Epistula 130, 12, 22: PL 33, 502).
Para la reflexión
(C.I.C 2763) Toda
la Escritura (la Ley, los Profetas, y los Salmos) se cumplen en Cristo (cf. Lc
24, 44). El evangelio es esta "Buena Nueva". Su primer anuncio está
resumido por San Mateo en el Sermón de la Montaña (cf. Mt 5-7). Pues bien, la
oración del Padre Nuestro está en el centro de este anuncio. En este contexto
se aclara cada una de las peticiones de la oración que nos dio el Señor: “La
oración dominical es la más perfecta de las oraciones [...] En ella, no sólo
pedimos todo lo que podemos desear con rectitud, sino además según el orden en
que conviene desearlo. De modo que esta oración no sólo nos enseña a pedir,
sino que también llena toda nuestra afectividad” (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, 2-2. 83, 9). (C.I.C
2764) El Sermón de la Montaña es doctrina de vida, la oración dominical es plegaria,
pero en uno y otra el Espíritu del Señor da forma nueva a nuestros deseos, esos
movimientos interiores que animan nuestra vida. Jesús nos enseña esta vida
nueva por medio de sus palabras y nos enseña a pedirla por medio de la oración.
De la rectitud de nuestra oración dependerá la de nuestra vida en Él.
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