jueves, 14 de enero de 2016
580. ¿Por qué se le llama «la oración del Señor»?
(Compendio
580) Al Padre nuestro se le llama «Oración dominical», es decir «la oración del
Señor», porque nos la enseñó el mismo Jesús, nuestro Señor.
Resumen
(C.I.C 2775) Se
llama "Oración dominical" porque nos viene del Señor Jesús, Maestro y
modelo de nuestra oración.
Profundizar y modos
de explicaciones
(C.I.C 2765) La
expresión tradicional "Oración dominical" (es decir, "Oración
del Señor") significa que la oración al Padre nos la enseñó y nos la dio
el Señor Jesús. Esta oración que nos viene de Jesús es verdaderamente única:
ella es "del Señor". Por una parte, en efecto, por las palabras de
esta oración el Hijo único nos da las palabras que el Padre le ha dado (cf. Jn
17, 7): El es el Maestro de nuestra oración. Por otra parte, como Verbo
encarnado, conoce en su corazón de hombre las necesidades de sus hermanos y
hermanas los hombres, y nos las revela: es el Modelo de nuestra oración.
Para la reflexión
(C.I.C 2766) Pero
Jesús no nos deja una fórmula para repetirla de modo mecánico (cf. Mt 6, 7; 1R
18, 26-29). Como en toda oración vocal, el Espíritu Santo, a través de la
Palabra de Dios, enseña a los hijos de Dios a hablar con su Padre. Jesús no
sólo nos enseña las palabras de la oración filial, sino que nos da también el
Espíritu por el que éstas se hacen en nosotros "espíritu […] y vida"
(Jn 6, 63). Más todavía: la prueba y la posibilidad de nuestra oración filial
es que el Padre "ha enviado […] a nuestros corazones el Espíritu de su
Hijo que clama: “¡Abbá, Padre!”" (Ga 4, 6). Ya que nuestra oración
interpreta nuestros deseos ante Dios, es también "el que escruta los
corazones", el Padre, quien "conoce cuál es la aspiración del
Espíritu, y que su intercesión en favor de los santos es según Dios" (Rm
8, 27). La oración al Padre se inserta en la misión misteriosa del Hijo y del Espíritu.
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