domingo, 17 de enero de 2016
581. ¿Qué lugar ocupa el Padre nuestro en la oración de la Iglesia? (Tercera parte - continuación)
(Compendio 581
- repetición) Oración por excelencia de la Iglesia, el Padre
nuestro es «entregado» en el Bautismo, para manifestar el nacimiento nuevo a la
vida divina de los hijos de Dios. La Eucaristía revela el sentido pleno del
Padre nuestro, puesto que sus peticiones, fundándose en el misterio de la
salvación ya realizado, serán plenamente atendidas con la Segunda venida del
Señor. El Padre nuestro es parte integrante de la Liturgia de las Horas.
Resumen
(C.I.C 2776) La
Oración dominical es la oración por excelencia de la Iglesia. Forma parte
integrante de las principales Horas del Oficio divino y de la celebración de
los sacramentos de la iniciación cristiana: Bautismo, Confirmación y
Eucaristía. Inserta en la Eucaristía, manifiesta el carácter
"escatológico" de sus peticiones, en la esperanza del Señor,
"hasta que venga" (1Co 11, 26).
Profundizar y modos
de explicaciones
(C.I.C 2771) En
la Eucaristía, la Oración del Señor manifiesta también el carácter escatológico de sus peticiones. Es la
oración propia de los "últimos tiempos", tiempos de salvación que han
comenzado con la efusión del Espíritu Santo y que terminarán con la Vuelta del
Señor. Las peticiones al Padre, a diferencia de las oraciones de la Antigua
Alianza, se apoyan en el misterio de salvación ya realizado, de una vez por
todas, en Cristo crucificado y resucitado.
Para la reflexión
(C.I.C 2772) De
esta fe inquebrantable brota la esperanza que suscita cada una de las siete
peticiones. Estas expresan los gemidos del tiempo presente, este tiempo de
paciencia y de espera durante el cual "aún no se ha manifestado lo que
seremos" (1Jn 3, 2; cf. Col 3, 4). La Eucaristía y el Padre Nuestro están
orientados hacia la venida del Señor, "¡hasta que venga!" (1Co 11,
26). [Fin]
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