sábado, 11 de mayo de 2013

Si 1, 22 El ímpetu de la pasión lleva a la propia ruina



Eclesiástico (Sirácida) - pàginas selectas

(Si 1, 22) El ímpetu de la pasión lleva a la propia ruina

22 Un arrebato indebido no puede justificarse, porque el ímpetu de la pasión lleva a la propia ruina. 23 El hombre paciente soporta hasta el momento oportuno, pero al fin se llenará de gozo: 
 (C.I.C 2339) La castidad implica un aprendizaje del dominio de sí, que es una pedagogía de la libertad humana. La alternativa es clara: o el hombre controla sus pasiones y obtiene la paz, o se deja dominar por ellas y se hace desgraciado (cf. Si 1, 22). ‘La dignidad del hombre requiere, en efecto, que actúe según una elección consciente y libre, es decir, movido e inducido personalmente desde dentro y no bajo la presión de un ciego impulso interior o de la mera coacción externa. El hombre logra esta dignidad cuando, liberándose de toda esclavitud de las pasiones, persigue su fin en la libre elección del bien y se procura con eficacia y habilidad los medios adecuados’ (Gaudium et spes, 17). 

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