domingo, 5 de mayo de 2013
Sb 13, 2-5 Si llega, por analogía, a contemplar a su Autor
2 En cambio, tomaron por dioses rectores del
universo al fuego, al viento, al aire sutil, a la bóveda estrellada, al agua
impetuosa o a los astros luminosos del cielo. 3 Ahora bien, si fascinados por
la hermosura de estas cosas, ellos las consideraron como dioses, piensen cuánto
más excelente es el Señor de todas ellas, ya que el mismo Autor de la belleza
es el que las creó. 4 Y si quedaron impresionados por su poder y energía,
comprendan, a partir de ellas, cuánto más poderoso es el que las formó. 5
Porque, a partir de la grandeza y hermosura de las cosas, si llega, por
analogía, a contemplar a su Autor,
(C.I.C 216) La verdad de Dios es
su sabiduría que rige todo el orden de la creación y del gobierno del mundo
(cf. Sb 13,1-9). Dios, único Creador del cielo y de la tierra (cf. Sal 115,15),
es el único que puede dar el conocimiento verdadero de todas las cosas creadas
en su relación con Él (cf. Sb 7,17-21). (C.I.C 41)
Todas las criaturas poseen una cierta semejanza con Dios, muy especialmente el
hombre creado a imagen y semejanza de Dios. Las múltiples perfecciones de las
criaturas (su verdad, su bondad, su belleza) reflejan, por tanto, la perfección
infinita de Dios. Por ello, podemos nombrar a Dios a partir de las perfecciones
de sus criaturas, "pues de la grandeza y hermosura de las criaturas se
llega, por analogía, a contemplar a su Autor" (Sb 13,5).
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