jueves, 10 de enero de 2013
Sal 19, 2-5 El cielo proclama la gloria de Dios
2 El cielo proclama la gloria de Dios y el firmamento
anuncia la obra de sus manos; 3 un día transmite al otro este mensaje y las
noches se van dando la noticia. 4 Sin hablar, sin pronunciar palabras, sin que
se escuche su voz, 5 resuena su eco por toda la tierra y su lenguaje, hasta los
confines del mundo. Allí puso una carpa para el sol,
(C.I.C 326) En la Sagrada Escritura, la expresión
"cielo y tierra" significa: todo lo que existe, la creación entera.
Indica también el vínculo que, en el interior de la creación, a la vez une y
distingue cielo y tierra: "La tierra", es el mundo de los hombres (cf.
Sal 115, 16). "E1 cielo" o "los cielos" puede designar el
firmamento (cf. Sal 19, 2), pero también el "lugar" propio de Dios:
"nuestro Padre que está en los cielos" (Mt 5, 16; cf. Sal 115, 16), y
por consiguiente también el "cielo", que es la gloria escatológica.
Finalmente, la palabra "cielo" indica el "lugar" de las
criaturas espirituales -los ángeles - que rodean a Dios. (C.I.C 299) Porque Dios crea con sabiduría, la creación está
ordenada: "Tú todo lo dispusiste con medida, número y peso" (Sb
11,20). Creada en y por el Verbo eterno, "imagen del Dios invisible"
(Col 1,15), la creación está destinada, dirigida al hombre, imagen de Dios (cf.
Gn 1,26), llamado a una relación personal con Dios. Nuestra inteligencia,
participando en la luz del Entendimiento divino, puede entender lo que Dios nos
dice por su creación (cf. Sal 19,2-5), ciertamente no sin gran esfuerzo y en un
espíritu de humildad y de respeto ante el Creador y su obra (cf. Jb 42,3).
Salida de la bondad divina, la creación participa en esa bondad ("Y vio
Dios que era bueno [...] muy bueno": Gn 1,4.10.12.18.21.31). Porque la
creación es querida por Dios como un don dirigido al hombre, como una herencia
que le es destinada y confiada. La Iglesia ha debido, en repetidas ocasiones,
defender la bondad de la creación, comprendida la del mundo material (cf. San
León Magno, Epistula Quam laudabiliter:
DS 286; I Concilio de Braga: DS 455-463; IV Concilio de Letrán: DS 800; Concilio
de Florencia: DS 333; Concilio Vaticano
I: DS 3002)
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